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El pueblo de Changsta, era pequeño. Las actividades económicas alrededor y sobretodo el futuro para los jóvenes muchachos era prácticamente nulo, por lo que se convertía rápidamente en un blanco fácil para que las chicas y lo donceles quisieran ser "ayudados"  por las mafias.

Sobretodo cuando la madre de Wang Darren Wang había salido de ese mismo, pueblo. Inicialmente esa era la razón que siempre le hacía volver u hacer que la economía en el sitio se moviera.

Las muchachas  y los donceles más bellos sabían que era que la camioneta de Darren se detuviera en frente de ellos.

Wenhan presumia siempre del estilo de vida que llevaba. Vistiendo ropa cara, visitando la ciudad y los mejores centros comerciales. Lo que había empezado a generar envidia en otros.

— Zhan Zhan!

— Wenhan! ¿cómo estás?. Hace días no te veía.

— Sí, esta todo perfecto. Me compré un nuevo celular.

Zhan miró el dispositivo. No le dio importancia. — Bien por ti.

— Zhan Ge! Hablemos sobre eso, ¿Si?

— Olvídalo.

— Wenhan... Somos amigos, puedes quedarte a comer pero... Eso... Eso es un rotundo no.

— Solo escúchame una vez.

— No.

— Piensa en tu mamá. Cuantos años tiene y como la esclavizan en esa finca. ¿Tu de verdad eres tan egoísta?

— Li Wenhan.

— Esta bien... Yo...Sólo estoy cansado de ver cómo sobreviven.

— Gracias, pero no es tu problema.

— Wenhan! — La madre de Zhan apareció por la puerta.

— Mamá Xiao. — El rubio saludó con cariño.

— Quédate a comer.

Wenhan obedeció... Aunque era una comida muy básica, para lo que ya se estaba acostumbrando. Si lo preparaba Ziyuan estaba bien.

Cuando Zhan cerró la puerta para Wenhan... La señora Xiao sonrió con picardia. — ¿Ese muchacho que se hizo?

— ¿Por qué mamita?

— ¿No viste su trasero?. El antes no tenía nada... Y también sus labios son incluso más carnosos que los tuyos.

— Creo que es la moda.

La señora Xiao se rió por los muchachos de esa generación, pero en seguida se le borró la sonrisa.

— Esas cosas. Son caras, ¿No?

— Vamos a alistarnos para dormir. ¿Está bien? — Contestó Zhan.

— Me recuerda un poco a Yixia.

Zhan tragó entero. — Madre, es tarde. Mañana hay que madrugar.

— ¿Vas a la panadería?

— Si señora.

Hijo de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora