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— El jefe no advirtió sobre montar ese cuerpecito a  voluntad.

— Jajaja... Seguro le gustan grandes.

— El problema es saber quien logrará convencerlo...

— ¿No le hace ojitos al jefe?

— Pfff....El jefe no lo voltea a mirar. Debe sentir repulsión sabiendo que es el juguete de Darren.

Entretenidos viendo la piel, y él cuerpo de Zhan mojado. Comentaron
— Sería una pena que lo mate antes.

Jackson escuchó a otro de los guardaespaldas y sonrió interesado en el tema. — ¿De que están hablando?

Ambos hicieron un gesto para que dirigiera su mirada a la piscina. En ella estaba  Ziyuan y un Xiao Zhan que no había encontrado nada más que hacer estando encerrado, que nadar. Tampoco podía usar Internet o ningún medio de comunicación... Así que se había puesto una camisa blanca y un short.

— ¿Están apostando?

— Sí, pero vamos a ver a quien le abre las piernas primero....

— Uff de sólo recordarlo en ese traje de conejo... Me pone.

— ¿No mataron a alguien ya por eso? — Preguntó Jackson entre risas fingidas. En frente de el, sus dos mejores hombres...

— No quiero que se metan en problemas. No se si él jefe tenga interés en ese chico... — Su tono se volvió serio. — así que por su bien. Les sugiero que mantengan sus ojos y sus manos lejos de él.

— Pero miralo.... El sabe que lo vemos... Es ... Le gusta la atención.

Jackson estudió a Zhan por un rato... No estaba seguro... Su cuerpo se sentía caliente.

Ambos se bufaron y en adelante trataron de no mirar al doncel. Pero era imposible...

— Yibo... Estos hombres, han estado encerrados por tanto... ¿Qué tan conveniente es que tengas a Xiao Zhan revoloteando por ahí?

Yibo estaba sentado en el despacho. Había acabado de llamar a los japoneses para concordar una tregua después de lo de Darren. Pronto tendría que salir de viaje.

El levantó su mirada hacia Jackson..— ¿El punto es...?

— Mi gente me ha sido leal... Pero son de carne y ese chico anda provocandolos. Es inconveniente... Para mi... Son hombres...

— Animales dirás.

— Yibo... No todos tenemos tu maldito autocontrol. Es imposible no mirar, además parece que lo hace a proposito... Tu...

Jackson se detuvo cuando las pupilas de Yibo se abrieron.

Carajo...

Conocía esa mirada.

— Continúa.

— Jefe...

— Continúa Jackson... — Gritó...— ¿Te lo quieres follar?

Afuera los guardias que departian detuvieron sus risas.

Yibo soltó una carcajada que puso a Jackson tenso. — ¿Su lealtad les alcanza lo que le de sus hormonas?

—Vamos Yibo... ¿No me digas que no le has mirado ni una vez de esa forma? ... Cielos... ¿Has visto el trasero que tiene ... ?  — El castaño sintió que su cabeza ardía... — Ahora mismo su camisa está mojada... El hecho de que...

Yibo sintió como su falo dio un respingo. Se sentó derecho y se reincorporó. — Callate...Inútil... Cállate ya... averigua quienes son y lo arreglas.

— Yibo! — Jackson soltó una bocanada de aire...— Pero...

— No puedo tener gente desenfocada cuando en cualquier momento me pueden matar... esa gente no me sirve.

Jackson se quedó perplejo. — ¿Es eso verdad? ¿Te lo quieres follar?

El castaño tomó la espada que estaba suspendida en el estante. — ¿Quién te dio permiso para cuestionarme?

— No....Seria más fácil si lo hicieras. Deja de ser paranoico. Si te lo follas, nadie se atrevería a mirar.

Yibo se bufó. — Jackson. Estamos en medio de una guerra... En cualquier momento puede estallar... Si no pueden estar enfocados en la seguridad. Eliminalos.

Jackson asintió. — Está bien. Tienes razón. Lo siento.

— Avísa a Yixuan y Bouboo. Quiero cenar con conocidos.

Eso era todo lo que tenía en la vida Yibo... Un par de personas que quien sabe de donde habían venido y por los cuales pedía al cielo y a la tierra, que nunca le fueran a fallar. En ellos estaba lo poco y nada que le quedaba de humanidad.

Hijo de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora