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38. Torpes enamorados

Maratón 1/3

⚠️ Leve 🍋 Si no te gusta puedes pasar al siguiente capitulo con toda tranquilidad.

  Limpio mis manos en mis pantalones mientras me siento en la cama y dejo la bolsa en la mesita que esta al lado. Los nervios me invaden, siento que mi corazón cada vez va más rápido.

  Cuando Jaemin entra minutos después, esta mirando el suelo sus mejillas levemente ruborizadas se acerca a la cama y termina por sentarse a mi lado.

—¿Estas bien? —Me animo a preguntar ya que veo que esta jugando con sus dedos en el regazo.

—Si.. Solo un poco.. Nervioso.

—Solo lo haremos si te sientes seguro ¿Esta bien?

  Asiente.

—Tú también, también aplica para ti quiero decir—Se acerca a mi ruborizado—Si quieres detenerte en cualquier momento y eso..

  Asiento y su cercanía contrario a ponerme mas nervioso me hace sentir confianza. Guió mis manos a su rostro y acaricio con suavidad sus mejillas.

—Tienes que ser honesto conmigo, sobre lo que te gusta ó no te gusta, y no importa que tan lejos lleguemos si quieres que nos detengamos dímelo.

  Sonríe con ternura.

—Pero... ¿tienes idea de como se hace, es decir lo básico?. —Sus orejas se tornan rojas.

   Si había visto un poco en Internet, leí uno que otro pequeño artículo (en serio pequeño y corto).

—Bueno.. tengo que —Tosi relamiendo mis labios, esperaba no sonar como un imbecil—Poner mi hombría en tu agujero.

  Una risa escapo de sus labios.

—¿Qué sucede?, es así ¿no?. A menos de que quieras... ya sabes, ir arriba.. —Pero el seguía riendo suavemente.

—Lo siento, es que fue divertida tu forma de decirlo, en efecto es así —Asintió—. Aunque nunca lo he hecho.. en lo personal pienso que me gustaría ir abajo.. pero si tu quieres podemos ser versátiles.

—Versátiles—Murmure, él asintió de nuevo.

—¿Estas bien? —Su rostro cerca al mío haciendo un mohín.

—Estoy bien, solo que cada vez que te miro quiero besarte.

  El sonríe alagado.

  Reduzco aún más nuestra distancia y atrapó su labio inferior entre los míos, nisiquiera intento acelerar nuestros labios, son tan lentos y suaves los movimientos que no me percato de las frías yemas de sus dedos cuando me acarician la espalda y suben lentamente mi camisa.

  Separo mis manos de su rostro y las alzó permitiendo que me quite la prenda para hacer lo mismo con la suya minutos después.

  En ningún momento adelantamos las cosas. Lo único que hago es besar y chupar sus labios, mirandolo como un esclavo de su belleza cada vez que nos separamos para respirar.

Entre tantos besos terminamos desnudos sobre la cama. El se tiende sobre esta, veo su respiración acelerada y me relajo al instante para darle seguridad. Tomó el lubricante y dejó el condon sobre la sabana.

—¿Quieres hacerlo sobre mi? Será más fácil para ti llevar el ritmo. —Le pregunto.

  Jamas había sido tan torpe con el sexo, siempre era como si fuera al punto y ya. Nunca me había detenido a pensar y entablar un diálogo para mejorar el ambiente. Era algo como me gustas, me gustaría hacer esto y si la otra persona estaba deacuerdo entonces lo hacíamos.

—¿Como.. montarte?

—Si, eso. —Conteste. El rubor me llego al cuello, él definitivamente era mas directo.

  Asintió. Esa fue mi señal recosté mi espalda en la cabecera de la cama y espere hasta que el se posiciono sobre mi dejándome entre sus piernas.

—Te voy a preparar.. —No se porque murmuro todo lo que voy hacer supongo que son los nervios.

—Jen..

  Le doy una mirada en respuesta.

—Estoy nervioso...

  Paso mis manos por su cadera y lo atraigo hasta que se inclina un poco avergonzado.

—También estoy nervioso, pero si no quieres seguir, no perdemos nada, solo lo haremos cuando estés listo.

—¿Incluso te detendrás si a la mitad ya no quiero hacerlo? —Lo mire fijamente.

—No importa cuando te quieras detener, lo dejaremos, quiero que sea algo especial para los dos, no una obligación.

  Su sonrisa me relajo por completo, estaba tan nervioso como él y el hecho de que sonríera así, me hizo desinflar. Mi corazón se llono de ternura.

Se acercó hasta juntar nuestros labios, me beso y me beso, hasta que un gemido escapo de sus labios, su hombría golpeaba mi pelvis. Sus manos recorrieron mi pecho.

  Unte uno de mis dedos de lubricante y lo acerque a su agujero, al principio sentí que su cuerpo se tensaba pero se fue relajando, mientras le besaba el cuello, lo introduci por completo y lo deje allí unos minutos antes de hacer lo mismo pero esta vez con dos.

  Solo termine de hacerlo cuando ya estaba seguro de que estaba completamente listo.

  Tome el condon dispuesto a ponérmelo, sinembargo el me tendió la mano esperando que se lo diera asi que eso hice.

Me acomode mejor y el también lo hizo. Sus manos tomaron mi falo y eso me hizo gemir con ansias, coloco el condon, la imagen era simplemente perfecta estaba seguro de que podia ver estrellas. Regreso a su lugar acomodo la punta en su entrada y lo metio un poco, solo un poco, respirando suavemente.

—¿Estas bien?

  Asintió rápidamente.

—Lo estoy.

  Pasee mis manos por su torso deteniéndome un par de veces en sus pezones y apretandolos suavemente eso lo distrajo, se apoyo en mi abdomen y bajo un poco más, lentamente. Hermosos sonidos emergiendo en su garganta, se mordió el labio y cerró sus ojos con fuerza para dejarse caer casi por completo.

  Comenzó a moverse lentamente, lo sostuve de la cadera y lo ayude sin ejercer fuerza solo como un respaldo. Tenía calor por todo el cuerpo y allí abajo me estaba doliendo horrible. Me sorprendió cuando cambio su lugar de apoyo a mis hombros y casi se recostó para besarme. Entonces lo recibí con anhelo lo necesitaba tanto como él. Adentre mi lengua y la saque tantas veces como pude sus gemidos terminaban siendo recibidos por mi boca, pasé mis manos hasta sus nalgas y las abrí tan solo un poco, sus movimientos aumentaron. Su erección entre nuestros cuerpos.

—Mmmh.. —Pase la lengua por su barbilla y deje un chupenton en su cuello. Ahora se sostenía de la cabecera de la cama.

  Sus movimientos cambiando de ritmo. Como estar en el verdadero paraíso. El olor de su cuerpo llenando mis pulmones. Todo se sentía tan perfecto.

  Jaemin me volvió a besar con urgencia, cambie una de mis manos y la metí entre nuestros cuerpo, tomando su erección para acariciarla. Bese sus mejillas, su cuello y sus claviculas innumerables veces dejando mis labios adoloridos. Se vino con un fuerte gemido, apretando mi erección entre sus paredes, lo abrace contra mi cuerpo recibiendo el clímax.

  Nuestras respiraciones al compás, ahora puedo entender porque dicen que es mejor el sexo con la persona que amas. Y definitivamente era cierto.

Con la persona que amo.

  Acaricie su cabello y deje un beso sobre su frente aún ambos estabamos jadeando.

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