Cinco: Viaje

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El sábado había llegado más rápido de lo esperado y eso tenía sus lados buenos como los malos. Comencemos con los malos: no creía estar listo, sabía que no lo estaba, Sunghoon sí porque era genial e inteligente, yo en cambio no recordaba ni el nombre del deporte que él practicaba. Lo bueno por otro lado era que vería en vivo y directo como a Lee Jena se le rompe el corazón al verme llegar con su crush, el chico de quien estaba "enamorada" desde hace tres años.

Imaginarlo me ponía de buen humor.

Pero bueno, volvamos a la realidad, donde estaba esperando a Sunghoon en mi auto. Lo había ido a buscar hasta su casa porque era una cena, la luna era lo único que alumbraba la oscura noche y yo no iba a arriesgarme a perder a Sunghoon antes de cerrarle la boca a Jena, claro que no, mejor era buscarlo y llevarlo por mi cuenta, ¿qué si él se arrepentia?

La puerta de copiloto se abrió y miré con una sonrisa como Sunghoon entraba al vehículo con las mejillas coloradas y la vista baja.

───Uh, ¿sucedió algo?

───¿Ah? ───él me miró, bastante distraído ante mi pregunta y eso me pareció extraño porque en el poco tiempo que llevaba junto a Park, pude aprender que él era una persona bastante atenta a su alrededor───. Lo siento, no te escuché, ¿puedes repetirlo?

Asentí todavía extrañado por su reacción, pero aún así le repetí mi pregunta.

───Te preguntaba si había sucedido algo, estás un poco raro.

───Ah, eso ───sonrió un poco───. Nada sucedió realmente, sólo que mi hermanita comenzó a decir cosas sin sentido que me avergonzaron un poco.

Entendí entonces, y no sé porqué pero no pude dejar de sonreír con la simple imagen de una pequeña versión de Sunghoon femenina haciendo preguntas sobre mí y quién era, muchas de ellas acusandome de ser su novio, aunque estaba seguro que Sunghoon negó cada una de esas acusaciones.

Puse el auto en marcha aún con mi sonrisa y aunque lo intenté no pude contenerme a preguntar.

───¿Qué se supone que cree tu familia que harás desde las siete hasta las doce?

───Bueno... ───sus manos se movieron nerviosas en su regazo, pude verlo levemente y me pareció sumamente divertido───. Le dije que iba a salir con un amigo, a cenar.

Asentí.

───¿Y no les pareció extraño que salieras a cenar de traje con tu amigo?

───Sí ───una de mis cejas se elevó ante su respuesta y lo miré por unos segundos cortos esperando una respuesta. Él suspiró───. Le dije que era una cena formal porque iba a conocer a su familia.

Fruncí el ceño. ¿Qué clase de mentira era esa?

───Oye creo que eres un asco para mentir, ¿por qué no me lo dijiste antes?

───No es que no pueda, ¡fue la situación! Yo no lo había pensado, olvidé inventar una excusa y tú estabas esperando afuera entonces mi boca habló por sí sola.

Seguí manejando con una sonrisa. Lejos de estar molesto realmente estaba divertido, nunca había visto a Sunghoon en esa faceta y era sumamente gracioso verlo tan nervioso.

───Ya, tranquilo ───frené en un semáforo en rojo y lo miré para sonreírle───. Lo raro en realidad es que ella te creyera.

───No lo hizo.

───¿No? ───él negó y yo esperé nuevamente una explicación pero esa vez no obtuve más que un sonrojo nuevo en sus mejillas y un rechazo de miradas───. No puede ser tan malo para que te avergüences de esa forma, ¿qué le dijiste entonces?

───Le dije que estaba saliendo contigo ───me congelé, porque wow, es decir, estaba bien, se suponía que sí estábamos saliendo, pero sólo para mi familia───. El semáforo está en verde.

Salí de mi pequeño trance y arranqué nuevamente, pensando en eso.

Bien, no era la gran cosa, ¿qué si alguien más pensaba que estábamos saliendo? Eso sólo refuerza la mentira.

───Está bien ───dije, fuerte y claro para que Sunghoon me escuchara───. No es del todo una mentira, bueno sí pero no, ¿entiendes?

───Claro ───lo escuché un poco avergonzado, pero no sabía como decirle que estaba bien sin que sonara raro.

Se estaba volviendo incómodo y no era algo que yo quería así que decidí hablar de lo primero que se me vino a la cabeza.

───Ayer quise cocinar algo rápido para cenar, pero me quedé dormido mientras se fritaban las verduras.

Escuché una pequeña risa de su parte y eso aliviano un poco el ambiente.

───Dime que no eres de esos que son un asco cocinando.

Bueno...

───Suelo recurrir mucho a Jay a la hora de cocinar, pero cuando él no tiene tiempo lo intento y no sale tan mal ───lo escuché reírse de mí a carcajadas y eso obviamente aliviano todo───. Ya, ¿y tú eres un chef experto o qué?

───En realidad soy bastante malo en eso, pero yo no vivo solo.

───Ya quiero verte en mi lugar.

Por suerte para nosotros la conversación siguió fluyendo de forma natural hasta que llegamos a la famosa mansión Shim, donde todos nos estaban esperando.

Iba a ser una gran noche.

¡Te Pagaré!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora