Veinticuatro: otra vez

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Alrededor de las dos de la tarde por fin logramos que Mina se durmiera, su fiebre había bajado notablemente y las nauseas pararon un poco. Sunghoon había avisado a su madre y ella me envió un mensaje a mi número para agradecerme, obviamente le dije que no era nada.

De todas formas no quería irme, tenía miedo que Mina se levantara con algún malestar así que iba a quedarme hasta que la señora Park llegara del trabajo, no tenía ningún problema con eso. El verdadero problema fue cuando uno de los amigos de Park le envió todo lo que hicieron en las clases de hoy él, como un maldito novio exigente, me obligó a copiar todo.

Era peor que Jay.

───Podría copiar esto cuando llegue a mi casa, ¿por qué hay que hacerlo ahora? Podríamos estar viendo una película.

Park no me miró, él siguió copiando sus actividades pero aún así respondió.

───Te conozco lo suficiente para saber que apenas llegues a tu departamento vas a dormir, por eso vas a seguir copiando aquí, así que si quieres ver una película es mejor que te apures y dejes de llorar como una bebé.

Hice una mueca.

───Crees que me conoces, no sabes lo responsable que soy.

Sunghoon entonces me miró, dejando los estudios de lado por unos minutos.

───¿Crees que no te conozco? Ya es un mes que estoy conviviendo contigo, concidero que para ser un corto periodo de tiempo, realmente pude conocer mucho sobre ti.

¿Ya había pasado un mes? Vaya que el tiempo volaba.

───Según tu lógica entonces yo te conozco perfectamente bien también.

───Algunas cosas ───asintió sin muchos ánimos y volvió a seguir copiando. Yo alce una ceja curioso.

───¿Sólo algunas? Preguntame lo que sea, estoy seguro que adivinare todas.

Estaba bromeando, sabía que no conocía mucho de Sunghoon, sin embargo cualquier cosa era mejor que seguir copiando los deberes del día.

───Estás buscando una distracción. Copia.

Me atrapó.

───Oh vamos Park, descansemos un poco, vayamos a dormir un ratito.

───Mi cama es pequeña para ambos.

───Nos acurrucamos.

Estaba bromeando, claro que lo estaba haciendo pero el rubor en las mejillas de Sunghoon y el ruido de su lápiz cayendo sobre su cuaderno me hizo entender que Park lo tomó de otra forma.

Y entonces el recuerdo de aquella noche donde compartimos mi cama, llegó a mi mente. Sus besos, sus manos, su respiración agitada golpeando mi cuello.

Oh, estaba sintiendo el ardor en mi rostro y quise esconderme rápidamente pero Park estaba igual y supuse que también estaba recordando lo mismo.

Fue estúpido de mi parte aquella broma pero con un tonto intento de bromear para relajar el ambiente, lo arruine peor.

───No voy a besarte si eso te da miedo.

Sunghoon me miró entonces, totalmente rojo, como un tomate listo para comer.

Que mal juego de palabras.

───Te lo dije, no conoces todo de mí.

───¿Eh? ───eso me tomó desprevenido, ¿a qué venía?───. ¿De qué hablas?

───Si crees que me da miedo un beso tuyo, realmente no me conoces.

Estaba jugando conmigo, pude adivinarlo por el tono que estaba usando, también por el pequeño movimiento de hombros que hizo y esa sonrisa de lado burlona que me dio. Él aún estaba sonrojado, yo también pero ninguno quería que todo se volviera incómodo y yo iba a seguir con esa broma para evitar también la incomodidad.

Sonreí.

───Vamos Park, sabemos que te dan miedo, realmente no muchas personas soportan mis besos, dicen que son de otro nivel.

Él soltó una carcajada y yo frunci el ceño con fingido enojo.

───No lo sé, no lo recuerdo de esa forma.

───¿Ah no, y cómo lo recuerdas?

───Recuerdo haber hecho todo el trabajo, tú simplemente te dejaste guiar.

Negué y reí. Eso no fue así.

───Te estás equivocando, yo inicié el beso.

───Iniciarlo no significa llevar el control, Jake, crei que lo sabías.

Rode los ojos.

───Tienes un mal recuerdo de aquél día, Park.

───Recuerdo perfectamente.

───Estabas ebrio.

───¿Y?

───No puedes recordarlo, que tú estuvieras encima mío no significaba que tenías el control.

───¿Así lo crees? ───asenti y él entonces se levantó del suelo, miré atentamente como a pasos seguros rodeó la pequeña mesa de la sala donde estábamos estudiando y, una vez pudo llegar a mi lado, se arrodilló y me sonrió───. Creo que debería recordartelo.

───¿De qué hablas? ───se acercó, su mano tomó con cuidado la parte trasera de mi cuello y yo temble ante el tacto, sin embargo no me aleje, al menos su agarre no me dejaba moverme mucho y yo tampoco estaba luchando para escapar, estaba perdido en Park, en su rostro y en cómo se acercaba cada vez más───. ¿Qué crees que haces? ───susurré.

───Recordandote, quién lleva el control aquí ───su aliento a menta era resfrescante y malditamente agradable───. Sólo alejate si crees que es mucho para ti.

Iba a hacerlo, realmente iba a alejarme, sabía que tenía que empujarlo para poner un límite, pero no pude, por alguna razón me quedé quieto, curioso a ver qué era lo que iba a pasar, aunque era demasiado obvio.

Y entonces, una vez más, Sunghoon cortó con esa distancia y me besó, nuevamente sus labios estaban succionando los míos.

Y ahí estaba yo, otra vez con los ojos cerrados, sujetandome de sus hombros y perdido en la sensación de sus besos.

¿Qué pasaba conmigo?

¡Te Pagaré!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora