Treinta y tres: Rojo

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En algún momento entre tantos besos y fricción, Sunghoon terminó quitándose la camiseta, tirandola en alguna parte de la habitación y dejando a la vista su blanco y bien trabajado abdomen.

Con toda esa ropa siempre sobre él, nunca me había tomado el tiempo de verlo realmente, ni despues de la confesión que le hice hace unos días, realmente estaba más centrado en mis sentimientos hacia Park que en ver realmente que por quien estaba sintiendo algo era por Park Sunghoon, el chico más deseado de toda la institución y, en ese momento que veía sus fuertes brazos y los abdominales bien formados, supe porqué era tan popular.

Creía fielmente que Sunghoon era afortunado por lograr una oportunidad conmigo pero pensándolo bien parecía que el suertudo aquí era yo. ¿Cómo no me había dado cuenta del hombre que tenía conmigo? Mejor dicho, arriba mío.

───Necesitamos una palabra de seguridad ───su voz salió en un jadeo jodidamente excitante───, algo simple y fácil.

Negué. Una palabra de seguridad sonaba como si yo no estuviera listo o tuviera miedo de lo que iba a pasar, una palabra de seguridad sólo demostraba que Sunghoon tenía miedo de hacer algo mal, hacerme daño y yo sabía que eso no era verdad. Sunghoon nunca me haría daño.

───No necesito tal cosa.

Sunghoon negó cuando intenté besarlo de nuevo. Era la primera vez que me negaba un beso.

───Si vamos a hacer esto, necesitamos una palabra de seguridad.

───No vamos a follar, ¿lo sabes, no?

Sunghoon soltó una pequeña risa, lejos de estar decepcionado parecía divertido.

Claro que él sabía que no íbamos a ir hasta el final, se lo había dicho. No sabía con exactitud qué íbamos a hacer pero estaba seguro por la forma en la que Sunghoon se movía y me miraba, que iba a pasarla bien.

───Aún así, elije, ¿qué te parece rojo? Como el vino que manchó la alfombra la primera vez que nos besamos.

Reí. Eso era tonto y cursi.

───Suena bien, ahora sigue antes de que alguien nos interrumpa.

Sunghoon me devolvió la sonrisa y tomó nuevamente mis labios entre los suyos. Pude sentir como retomó el movimientos de cadera, provocando que doble los dedos de mis pies hacia arriba y clavara mis uñas en la espalda de Sunghoon.

Su piel bajo mis manos se sentía jodidamente caliente.

No me di cuenta de dónde estaban sus manos hasta que él cortó el beso e hizo que levantara los brazos para sacarme mi propia camiseta. No tuve tiempo de sentirme expuesto cuando él dio otra embestida en falso y yo gemi a gusto.

La sensación era genial, no era la primera vez que tenía algún encuentro sexual con alguien pero era mi primera vez con un chico, la primera vez con Sunghoon y era genial, caliente y excitante.

Los besos se volvieron cada vez más desesperados, los movimientos bruscos y constantes y mis uñas arañaban toda su espalda.

De pronto unas manos tibias sobaron mi abdomen, bajando lentamente hasta llegar al borde de mi pantalón. Sunghoon jugó un rato con el botón, chupando la piel de mi cuello y bajando de a poco mi jean. No lo detuve, ni cuando tiró mi jean al suelo ni cuando hizo lo mismo con el suyo.

Estábamos entonces sólo en boxer, podía sentir con mayor facilidad el pene de Sunghoon y no pude evitar bajar la vista cuando sus estocadas se hicieron más rápidas.

Su boxer era blanco, su miembro erecto se marcaba tan bien dentro de su ropa interior, podía ver también como pequeñas gotas de semen atravesaban la tela, mojando y mojandome.

Me sostuve con fuerza de las sábana debajo mío cuando me sentí al límite. Sunghoon se inclinó hacia mi cuello, escondiendo sus gemidos contra mi piel, una de sus manos sostenía mi cadera con fuerza y la otra estaba junto a mi cabeza sosteniendo su propio peso.

Mis piernas abiertas comenzaron a temblar y mi cabeza se tiró hacia atrás. Los gemidos de Sunghoon se escuchaban más cortados mientras sus caderas intentaban mantener el ritmo rápido, mis propios gemidos se escucharon por toda la habitación y yo rápidamente tape mi boca con mis manos para evitar que nadie me escuchara.

Entonces cuando intenté cubrir mis ruidos, Sunghoon se detuvo de golpe y yo me queje. ¿Cómo iba a detenerse justo cuando estaba a nada de llegar al orgasmo? Era un idiota.

Miré hacia Park y él me estaba mirando fijamente.

───No voy a seguir si no sé que lo estás disfrutando.

¿De qué estaba hablando? Yo jodidamente lo estaba disfrutando.

Gemi en frustración e intenté mover mis caderas para que Sunghoon siguiera pero su mano, que aún seguía en el mismo lugar, me sostuvo con fuerza contra la cama, evitando cualquier movimiento de mi parte.

───Sabes que es así, ¿por qué crees que no?

───Entonces no te tapes, quiero escucharte.

Negué.

───Pueden escucharnos.

Sunghoon sonrió y dio una estocada. Gemi.

───Mejor, ¿no era eso lo que querías? ¿que Jena sepa lo bien que te follo? ¿que Hana se entere que un chico te está haciendo gemir de placer como ninguna chica lo hizo ni lo hará jamás?

Realmente era impresionista cada vez que encontraba descubría una nueva faceta de Sunghoon y esta, aunque no iba a admitirlo en voz alta, era mi favorita.

No hubo respuestas de mi parte pero no era necesario. Park tomó mis muñecas cobre mi cabeza y me sostuvo ahí. Las estocadas comenzaron de nuevo y él comenzó a marcar todo mi cuello. Enrede nuevamente mis piernas en las caderas de Sunghoon y gemi alto cuando creí que simplemente ya no podía aguantarlo más.

───¡Mierda, Sunghoon!

Una mordida en mi cuello y dos estocadas más y yo me retorsi bajo el gran y caliente cuerpo de Park. Sentí la humedad manchando mi ropa interior y pude sentir el cuerpo tenso de Sunghoon quebrarse luego de unas pocas estocadas más.

El cuerpo pesado se Sunghoon se dejó caer sobre el mío, su respiración agitada chocaba con mi hombro y sus manos comenzaron a hacer mimos en mis caderas.

Park parecía un pequeño osito mimoso que buscaba mimos, lo confirmé cuando llevó una de mis manos a su cabello y me pidió silenciosamente que le haga caricias.

Creí que podía quedarme dormido en ese momento pero entonces la puerta se abrió de golpe y Hana entró con su celular en su mano, sin tocar, sin pedir permiso, ella simplemente entró y su rostro se vio totalmente sorprendido.

Empuje a Sunghoon lejos de mí, él se cayó fuera de la cama y yo me tape la mancha de mi boxer con la primera almohada que encontré.

Todos estábamos todavía en shock, Sunghoon apenas se estaba levantando cuando yo miré el espejo junto a la puerta, justo al lado de donde Hana estaba parada y ahí lo vi: ella estaba haciendo un vivo con su celular, seguramente estaba presumiendo la cabaña donde estaba pero ahora, en ese momento ella nos estaba grabando a nosotros.

Estaba jodido.

¡Te Pagaré!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora