𝐍𝐎𝐓𝐀𝐒... 𝐸𝑑𝑑𝑖𝑒 𝑀𝑢𝑛𝑠𝑜𝑛.💐

16. El y yo.

Eddie y yo, jamás dejamos hemos dejado de tener una relación hermosa. Después de que mis padres murieran, Barb, como casi me ataca un mounstro, y siempre ha estado ahí.
Llegó el día de regresar a la escuela, nos levantamos temprano. Para su información, Eddie y yo estábamos prácticamente viviendo juntos, a veces el regresaba a su casa, por ropa, y cosas así.
Así que ese día temprano fuimos a su casa, al ir hacia la escuela, no paraba de mover mi pierna, y sentirme vulnerable, estaba asustada.
Eddie puso su mano en mi pierna y dijo.

- Oye, estarás bien, estaré contigo todo el tiempo ¿Entiendes?
Asentí, y seguimos nuestro camino, al llegar a la escuela, tomo mi mano y bajamos de la camioneta, entrando a la escuela y mi mirada directamente fue hacia mi casillero, y mire a Nancy con Steve.

- ¡Nancy! ¡Hola! -sacudí mi mano, y ella respondió -
- ¿Que tal estás? No te había visto desde que tus padres murieron -dijo-
- Bien, eh estado bien, Eddie me ha ayudado muchísimo.
Eddie me abrazo con una de sus manos.
- Harrington... -dijo Eddie saludando a Steve -
- Oh si, hola Steve.
Lo saludamos.
- Hola...
Dijo mientras me miraba extraño. Steve y Eddie se fueron, dejándonos sola a Nancy y a mi.
Abrí mi casillero.

- ¿Tu que tal has estado? No pregunte, lo siento.
- Está bien... Pues he estado bien, nada interesante hasta ahora.
- ¿Y que tal vas con... Steve?
Se quedó callada un momento.
- Bien... Bien, todo bien.
- ¿Segura? Es que...
- ¿Que cosa?
- La otra vez lo ví en el supermercado, y se acercó a mi, y dijo que no sabía si seguían estando juntos, me pareció raro que dijera eso.
- ¿Que? No, todo está bien, nos distanciamos un poco pero todo está bien, lo prometo.
Ambas tomamos nuestras cosas y nos dirigimos a clase, me senté en mi lugar, y comencé a sentirme nerviosa, una de mis piernas comenzó a moverse mucho.

- ¿Estás bien? -Pregunto Nancy-
- Si, solo... Problemas con la ansiedad, pero estoy bien.
Saque de mi mochila unas cápsulas que la psicóloga me había recomendado, y tome 1.
La clase comenzó y mis nervios bajaron, al salir de la clase, Eddie tomo mi mano.

- Linda, ¿Estás bien?
- Si guapo, solo un momento de nervios... Ya sabés.
- Si, solo quiero que entiendas, no puedes tomar ese medicamento como si fuera un dulce.
- Lo entiendo, trato de mantenerme calmada.
Me abrazo con una de sus manos y fuimos a la cafetería, nos sentamos con sus amigos y comenzaron a hablar sobre su juego de ese día.
Eddie me miró y dijo.

- ¿Recuerdas cuando le devolví sus rosas a Harrington?
Apretó con su mano fría y llena de anillos, una de mis piernas.
- Si, -reí- lo recuerdo, es increíble como todo eso paso, me hiciste notar que me quieres, y que te pertenezco... Y eso me encanta.
- Lo eres, toda mía.
Apretó más una de mis piernas y comencé a ponerme nerviosa, subió un poco su mano, dejándola debajo de mi falda.
- ¿Te pongo nerviosa? ¿O algo más?
Susurró a mi oído, haciendo que me sonrojara. Su voz sonó tan bien cerca de mi.
Tome una bocada de aire enorme, y dije.
- Si... Lo haces, y bastante.
Tomo mi mano, y nos levantamos de la mesa, comenzamos a caminar y no sabía hacia donde iríamos. Uno de sus amigos grito.

- ¡¿EDDIE A DONDE DEMONIOS VAS?!
Eddie respondió.
- ¡TENGO ALGO QUE HACER! NO ME TARDO.

Rápidamente llegamos al baño de los chicos. Cerro la puerta, y me pegó hacía la pared, comenzaron los besos suaves y lentos, su mano tomo mi pierna, haciendo que la subiera a su cintura, y comenzó a apretarla con suavidad subiendo cada vez más.

- ¿Estás seguro que aquí es seguro?
- Más que seguro bonita.

Siguió besándome con suavidad, una de sus manos tomo mi mejilla, y fue tomando mi cabello, entrelazando lo entre sus dedos. Baje mi pierna y me puse de puntillas, ya que el era más alto que yo, y tenía que hacer eso.

- No bajes tu pierna.
Ordenó. La tomo de vuelta y la subió otra vez.
Comenzó a acercarse más a mi, yo tome su chamarra de cuero que en ese momento traía, y comencé a quitarla. El desabotonaba mi blusa de ese momento, y la quito por completo, solo sentí como iba tocando los tirantes de mi bra, y bajando cada vez más, hasta meter las manos en este. Al momento quise quitar su playera, el me cargo mientras lo estaba haciendo, y el maldito timbre de clases sonó.
Baje y di un gran quejido.

- ¿Por queeeee?
- Maldita sea
Dijo Eddie mientras escondía su cabeza en mi cuello, y sus manos seguían en mi cintura, solo sentí como decidió hacer una pequeña marca en mi cuello.

- Eddie... - lo mire con ternura cuando se levantó de ahi-
- ¿Que? Para que no puedas para de pensar en esto.
Se rió en frente mío, y se puso su chamarra, me ayudó a abotonar mi blusa, y salimos del baño casi corriendo. Tuvimos nuestra siguiente clase, y como dijo Eddie, jamás deje de pensar en todo lo que pasó en el baño, para nada, mi cabeza no estaba en la clase, y Eddie lo noto, mire como me enviaba miradas desde su lugar, riendo de forma coqueta, y siendo lo mas dulce del mundo.

- ¿Algo que compartir con la clase, señorita Leabard? -el maestro me interrumpío de mis pensamientos -
- No... Profesor. Lo siento.
- Usted siempre pone atención, que está clase sea igual por favor.
Solo asentí, y Eddie se rió de mi en silencio, lo mire riendo y tapando mi rostro, después de la clase, el tomo mi mano y corrimos hacia la salida.
El comenzó a reír.

- Te distraes mucho hermosa.
Levanto mi mentón con uno de sus dedos.
- Eres increíble Eddie.
Reímos juntos y solo tomo mi cintura y me acerco a el.
- Me haces sentirme loco señorita Leabard.
Me rei entre dientes y lo abrace con cariño
- Estaba pensando -dije- que podríamos ir a caminar después de clases, antes de tu juego.
- Suena bien, ¿A dónde?
- Bueno, conozco un lugar, es hermoso en serio.
Entrelazó su mano con la mía, y dijo.
- Suena bien.
Sonrió y me cargó tomándome de la cintura.
- Ahhh ¡Eddie!
Me bajo y puso su mano en mi mejilla.
- Realmente me gustas Jenn, en serio.
Le dí una sonrisa y lo besé.

Más tarde, después de nuestras clases, le dije a Eddie.

- Dame las llaves, manejaré hasta el lugar.

Me dió las llaves y salimos corriendo hacia la camioneta de Eddie.
Antes de poder arrancar, le puse una bufanda que traía en mi mochila para que fuera una sorpresa a donde iríamos. Eddie tampoco sabía que yo estaba guardando un regalo para el. Eran más anillos para su colección, así que le puse la bufanda en los ojos y comencé a manejar.

Al llegar, lo tome de las manos y comencé a guiarlo, el puso sus manos en mi cintura y comencé a guiarlo mientras me sostenía de ahí.

- ¿A dónde vamos? Solo siento pasto en mis pies. - dijo Eddie-
- Espera, es una sorpresa.

Lo lleve hacia una pequeña colina que daba la vista hacia el amanecer y un campo lleno de flores de todos los colores.

- Bien... Párate aquí.
Saque de mi bolsa sus anillos, los puse en mis manos extendidas. Y dije.

- Puedes quitarte la bufanda.
Se la quito de los ojos y miro en frente de el, que estaba yo y el campo lleno de flores, abrió los ojos y sonrió, me miró y dijo.

- No puede ser... Esto es increíble hermosa.
Miro mis manos y dije.
- Son para ti, espero te gusten, llevo guardando esto días. Abrió los ojos, los tomo y me cargó una vez más abrazándome.

- ¡Jennifer Leabard! - tomo mi cintura apegandome a el- eres increíble.
Me dió un beso, y cambio los anillos que tenía puestos por los que yo le había regalado.
- ¿Te gustan?
- Me encantan, todo contigo me encanta Jenn.

Nos sentamos en el pasto, y me senté en su regazo, me abrazo y dijo.

- Me haces el más feliz ¿Sabes?
- Tu me haces más que feliz, en serio, gracias por tanto.
Miramos el atardecer juntos mientras jugábamos con nuestras manos, las entrelazabamos, yo jugaba con sus dedos y el media mis manos con las suyas.
Eddie es perfecto en todos los sentidos.