¿Como se conocieron? Pt. 2

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Portgas D. Ace

En aquella isla había un carnaval, había demasiada gente bailando, cantando y moviendose de un lado a otro. Eso, de cierta forma, animaba a Ace que hacía tiempo no participaba en una fiesta. Quería beber y emborracharse de lo lindo como el pirata que era, aunque claramente no quería causar problemas a su tripulación.

-¡Hermana!- el grito desesperado de una niña lo hizo dejar de imaginarse la gran noche que tendría.

Una niña pequeña lloraba desconsoladamente mientras apretaba el borde de su vestido fuertemente, parecía haberse perdido entre tanta gente. Ace se acercó a ella con ganas de ayudar, por un momento esa niña le recordó a Luffy cuando era más pequeño.

-Hey pequeña ¿te perdiste?- se agachó a su altura.

Ella no contestó al verlo sino que se alejó un poco. Ace pensó que probablente este siendo cautelosa en hablar con extraños.

-Oh vamos, voy a ayudarte a que encuentres a tu hermana ¿no quieres?- la pequeña asintió repetidamente, sin embargo aún no le tenía confianza.- ¿Como es ella?

-Pues ella...

Luego de darle una descripción medianamente detallada sobre su hermana Ace tuvo que correr a buscar a la chica, la pequeña no lo iba a acompañar por su desconfianza pero acordaron verse junto a un puesto de comida así, tenía la esperanza de que no se moviera. Tan solo unos minutos después fue que la vio, gritando por todos lados en busca de su hermana menor.

-¡Ruri! ¡¿Ruri me escuchas?!

-¿Buscas a una pequeña con dos trenzas y un vestido de flores?

-¿La viste? ¿Donde está?- preguntó atropelladamente sin siquiera preguntar por su nombre o sospechar de él.

-Ven conmigo.

El reencuentro fue algo precioso a sus ojos, la pequeña corrió a los brazos de su hermana rápidamente para abrazarla. Al parecer solo se tenían una a la otra en este mundo.

-Muchas gracias...

-Ace, mi nombre es Ace.

-Gracias Ace.- habló la niña con una sonrisa.

Sabo

-Finalmente vacaciones.- sonrió el rubio desde la tumbona bajo una sombrilla.

Hacía un calor increible y era por ello que Sabo había aprovechado para ir a esa isla tropical. Necesitaba un tiempo a solas, descansar de tanto trabajo, reordenar sus ideas.

El mar se veía maravilloso desde su posición, quería dormirse allí bajo la sombra y con el calor bochornoso del sol que calentaba la arena. Para él era el mismísimo paraiso.

Tan solo media hora más tarde decidió meterse al mar, se quitó la camisa y corrió para lanzarse al agua. Estaba realmente fría pero así era mejor.

Sin embargo, no se esperó que un calambre amenazara su felicidad. Mientras nadaba animadamente un calambre atacó su pierna derecha impidiéndole moverse mucho por lo cual comenzó a hundirse. ¿Lo peor? Se había alejado de la orilla pensando que no sería difícil regresar rápidamente.

Pensaba que iba a morir, solo un milagro podría salvarlo en ese momento.

Pero ese milagro sucedió.

Unos brazos delgados lo tomaron por las axilas para tirar de él, llevándolo de esta manera a la orilla. Se sorprendió al notar que era una sirena quien lo había salvado cuando la isla de las sirenas estaba realmente alejada de donde estaban.

-Por todos los cielos ¿te encuentras bien?- preguntó la chica.

-Creo que si.- Sabo tosió un poco, había tragado algo de agua.

-Gracias a Dios.- suspiró para luego salir del agua y caminar en dos piernas.- Vamos, levántate.

Los ojos de Sabo se abrieron a más no poder, él juraba que había visto una cola como la de las sirenas pero ahora ella estaba caminando como una persona normal.

-¿Tú no eres una sirena?

La chica rió sonoramente antes de contestar, parecía que esperaba que le hiceran esa pregunta.

-Sabía que ibas a preguntar. Primero dejame ayudarte, te contaré la verdad luego.

Mihawk

¿Porque sus ojos no podían apartarse de ella? Irremediablemente su vista se desviaba cada vez que intentaba concentrarse en la gran guerra que ocurría frente a sus ojos.

Pero siempre volvía a ella.

Ella simplemente cantaba desde aquel pequeño podio, dándole energías a los soldados para que continuaran luchando. Su voz temblaba de vez en cuando pero no se detenía, ese era su trabajo después de todo.

-¿Quien es ella?- le preguntó a Doflamingo que se encontraba cerca.

-Tengo entendido que es la pequeña joya de la marina, puede darle energias a los soldados mientras está cantando.

No hablaron más entre si, estaba claro que de cierta forma la admiraba, sus cuerdas vocales deben estar cansadas y aún así se sobreesfuerza para continuar.

Cuando incluso los almirantes habían intervenido en la pelea, ella estaba a punto de colapsar y Mihawk se dió cuenta de ello ya que su voz sonaba más débil. La tomó en brazos cuando se desmayó, evitando así que tocara suelo.

-Hiciste un gran trabajo.- le susurró.

Si alguien lo viera en aquel momento, cargando a aquella chica indefensa, negaría con naturalidad que en algún momento sintió simpatía por ella.











Estos detalles son canon de mi AU de One Piece. Si tienen alguna pregunta al respecto por favor dejenla por aquí, estaré encantada de responderla.

Es el tipo de novio que... [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora