Es el tipo de novio que... [One Piece]

Portgas D. Ace

*Sigue siendo como un niño pequeño*

-¡No quiero!- gritó por quinta vez en el día el pelinegro.

-Sabes que tengo que regresar, si no me llevas tú lo hará otro de tus compañeros.

Aunque intentabas explicarle que debías volver a casa una y otra vez porque no podias dejar a tu hermanita a cuidado de tus vecinos mucho tiempo Ace se negaba a dejarte ir. Había pasado poco más de un mes desde que te encontrabas entre la tripulación de Barbablanca, era solo de visita pero todos ya te conocían por la cantidad de veces que el pelinegro te había llevado.

Los reencuentros eran como una primavera luego de que la nieve se derrita: todo rosa hasta tornarse rojo y terminar ardiendo en llamas de pasión. Solo cuando anunciabas tu partida se ponía terco de esa manera, para él era cuestión de vida o muerte dejarte ir.

-¿Y si la traemos con nosotros? Podemos cuidarla entre todos, no tendrás que dejar el barco y así pasamos más tiempo juntos.

-Ya hablamos de esto antes...

-¡Pero es que no quiero que te vayas!

Ace se aferró a tu regazo fuertemente. Frotaba la mejilla en tus muslos buscando que lo mimaras como siempre lo hacías. Te gustaba que hiciera esos berrinches por ti, eso demostraba lo mucho que te extrañaba mientras no podían verse.

-No puedo dejarla sola, debe extrañarme y desgraciadamente no puedo dividirme entre los dos.- hablaste mientras apartabas los mechones del rostro de Ace.

Algo que adorabas era jugar con el cabello de Ace, a veces solías llenarle la cabeza de trencitas cuando te aburrias. Incluso él mismo te pedía que le lavaras el cabello.

Debido al poco tiempo que pasaban juntos disfrutaban cada minuto. Si lo enviaban a alguna misión él terminaba rápidamente esperando que lo recibieras con un beso o un "bienvenido a casa". Tomaban baños juntos y dormían en una habitación aparte a los demás para poder tener intimidad.

Era como una luna de miel.

-Al viejo no le molestaría si le pido que vengan a vivir con nosotros aquí.- rogó por ultima vez.

-Ace...

Se levantó con un puchero en los labios y salió de la habitación. Era normal que se molestara teniendo en cuenta la situación, ya regresaría pidiendo besitos.

Lo que menos esperaste fue que regresara sin haber pasado siquiera diez minutos desde que salió. Apareció con una herida en la cabeza y el rostro serio.

Obviamente te preocupaste, ¿como demonios se habría hecho esa herida?

-¡¿Estás bien?! ¡¿Que fue lo que sucedió?!

-Creo que estoy grave ____. Siento que voy a morir.

Estaba sangrando mucho, te sorprendía que no le doliera ya que parecía haber sido un fuerte golpe.

-¡V-voy a buscar a Marco! ¡No te muevas!

Ace tomó tu mano impidiendo que te movieras del lugar. Dejó caer parte de su peso sobre ti antes de susurrarte al oido que Marco se negó a tratarlo, tú debías cuidar su herida o moriría.

Tomando una respiración le pediste que te contara que había pasado mientras le vendabas la cabeza, ante todo debías detener la hemorragia. Al escuchar que él mismo se había provocado tal herida al golpearse fuertemente contra el mástil del barco casi lo tiras por la borda.

Entonces entendiste que ni siquiera le había dicho al medico sobre la herida, incluso si se lo contara estaba segura de que se negaría a atenderlo por hacer tal estupidez.

-¡Este dolor no es nada si logro que te quedes conmigo!

-¿Que va a ser lo próximo? ¿Te vas a cortar una pierna?

Ace lo pensó por unos segundos antes de responder.

-¿Me vas a seguir queriendo si quedo lisiado?

-¡Ace!