Caminaras sobre las olas

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¡¡ESTAMOS DE REGRESO!! lamento no actualizar en este tiempo, la tesis no me dejaba ni un respiro, pero aquí seguimos en esta triste historia de amor, gracias por el apoyo y un gran GRACIAS a todos los que se quedaron esperando todo este tiempo por saber mas de esta historias!!

¡¡Gracias por leer, su apoyo y paciencia, Comenten o me deprimo!!


La sexta taza de café y posiblemente el cuarto cigarrillo fue apagado lentamente por la brisa húmeda de Liyue, Albedo se había hospedado en la cámara de jade, pero no permanecía mucho tiempo en el lugar tan lujoso, había formado una amistad con Kazuha y lo visitaba todas las noches al acabar su turno de trabajo

-espero no hacerte esperar mucho- saludo sonriente mientras se acomodaba junto a Albedo

-para nada- esa noche era tan gris que amenazaba con una tormenta en muchos sentidos

-deberías dejar el café, desde que vengo a charlar contigo, solo tomas litros de café- Albedo se rio

-es eso el equivalente al sake- Kazuha quien se encontraba pidiendo su primera botella se sonrojo

-no sabes nada niño bonito- ambos rieron

-escuche que al fin podrás viajar a Inazuma- Kazuha sonó un tanto melancólico

-iré como artista invitado, realmente la señora ningguang sabe mover bien sus contactos- una taza nueva de café y otro cigarrillo, las personas con ansiedad no deberían hacer eso, fue lo único que pensó albedo cuando sus manos no dejaban de temblar, pero tampoco apago el cigarrillo

-hermosa y poderosa, pero a que costo- la mirada de Albedo se enfrió

-he de admitir que no fue un precio barato- sonrió de lado

-¿mora?- pregunto kazuha curioso

-en este mundo hay algo que vale más que el mora, y es, la información amigo, y eso es algo que sabe muy bien ella- Kazuha rodo sus ojos, sabia que era verdad, la misma beidou le afirmaba que ninggung era rica y no solo en mora, si no en saber lo que ocurre en cada parte del continente, sus redes de influencia e información eran tan grandes como su cuenta bancaria.

-sin embargó hay cosas que ella no sabe. Estoy seguro que busca lo mismo que yo, puesto Morax tiene un contrato con ella con la misma clausula, debe haber mucha mora de por medio y no solo eso, me animo a apostar que busca más influencia y poder- sonrió albedo

-le vas a contar al buen kazuha- la atmosfera se torció un poco más misteriosa

-buscan que el error de alatus se resuelva, apuesto que ella no es la única que está en esa situación, esta sustancia que no logran encontrar vale millones, no solo porque así despertaran varios del coma, su existencia es un mito hecho realidad, una sustancia así, serviría para muchos fines- Kazuha asintió, sabia de lo que hablaba el rubio, conocía la historia de Xiao y por supuesto también los planes de despertar a Qiqi de Albedo.

-¿Qué aras cuando lo encuentres?- pregunto al ritmo de su segunda botella

-ni siquiera sé si lo encontrare y si eso sucede, lo moleré a golpes- Kazuha sonrió

-sabes algo, no creo que hagas eso- suspiro

-le envié una carta a un viejo amigo, Gorou de la editorial Yae, él puede ayudarte en la búsqueda- Albedo sonrió

-te lo agradezco- al fin el temblor de las manos de albedo había dejado caer el cigarrillo

-debo irme, saldremos temprano- suspiro Albedo

-eres la segunda persona con la mira más triste que he conocido, la primera fue el- Albedo dejo la propina en la mesa, aun en contra de la voluntad de Kazuha y se marcho

Tenía todo listo para el viaje, todo menos sus sentimientos, cuando la lluvia azoto la ciudad, ya no lloro más, solo se preguntó si Xiao tendría como cubrirse de la lluvia, si habría comido hoy, si había consumido drogas, si estaría vivo, finalmente se quedó dormido sobre su escritorio.

En el fondo de su corazón podía sentir un reloj en cuenta regresiva, con un hilo rojo que lo jalaba hacia lo desconocido, tan débil y tan fuerte a la vez, ¿Quién era el para negarse?

A la mañana los nubarrones de tormenta se habían disipado, con un cielo tan azul como el mar y un sol ardiente como ninguno, abordo el barco junto con el resto de los invitados, noto personas de liyue y también de mondstadt, en especial un bardo de sonrisa alegre, que no paraba de reír y preguntar si el barco tendría bar.

Cuando el viaje comenzó las olas golpearon el barco con fuerza, y el viento salado cubrió la piel de albedo, tenía muchas cuestiones que resolver, por lo que se encerró en su camarote la mayoría del tiempo, mas que artista, como lo habían contratado, era el químico que ganaría la apuesta con la muerte.

Sus notas saltaron de su maletín y su pc comenzó a trabajar, las pesadas gafas le hacían un pequeño moretón en la nariz pero no lo tomaba en cuenta, solo se empeñaba en seguir revisando, así como los últimos experimentos realizados por Sacarosa con las nuestras obtenidas, ya tenía un panorama más extenso.

No podía avanzar como quería, pero teóricamente estaba muy cerca, el quinto día de viaje había llegado y Albedo no había salido mas que a lo básico de su camarote, esa noche en especial se encontró con el bardo de mondstadt quien casi caía por la borda, Albedo se apresuró a jalar de su mano

-debería tener más cuidado- señalo albedo una vez que el joven de cabello negro y menta estuvo a salvo

-error mío, bebí demasiado y me maree un poco- se excuso tomando su sombrero con mirada triste

-descuide, solo debe tener más precaución la próxima- Albedo sonrió amable

-tu sonrisa triste y tus ojos ojeroso me recuerdan a alguien- el bardo sonrió con la mirada puesta en albedo

-te he visto en el bar de Diluc con kaeya, y siempre luces igual- Venti analizo más y albedo se sintió desnudo por primera vez en mucho tiempo

-también he visto tus actos en la taberna- sonrió, tratando de quitarse en nerviosismo

-es un placer que alguien con tanto talento aprecie a este humilde bardo- aplaudió Venti

-es un pacer verlo actuar- respondió Albedo un poco más tranquilo

-llegaremos mañana al fin- suspiro venti con las manos en la madera mirando hacia el mar

-espero poder turistear y beber toda clase de vinos y sake- de nuevo venti sonrió

-¿podría invitarte una copa cuando estemos en el cierre del evento o estarás muy perdido?- sonrió venti mientras observaba como Albedo solo mirada el mar

-disculpa, me distraje un poco- Albedo se excusó con pena, se había detraído demasiado que no había escuchado del todo al bardo

-estas igual de perdido- Albedo lo miro con intriga

-no importa, ehe espero verte en el festival- se despidió de Albedo sonriente, mientras solo caminaba de regreso a la bodega, Albedo simplemente regreso a empacar de nuevo para su llegada

-¿para salvarse hay que estar así de perdido?, jamás lo entendí, ni lo entenderé, seré un poco  alcohólico pero nunca he tocado esa fibra del fin, en fin- suspiro venti para si mismo.

Beautiful MadnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora