Nota: se hace mención de diagnósticos médicos psicológicos.
Los siguientes días fueron como una extraña película ante los ojos de albedo, Sacarosa fue la primera en darle los detalles, aun con un brazo cubierto de yeso y un collarín, quemaduras de primer y segundo grado en sus piernas y espalda. Sin embargo, la chica jamás dejo de sonreír frente a él, posiblemente para darle consuelo a su corazón.
Klee estaba bien, al menos físicamente, Alice la había contenido en sus brazos, estaba asistiendo con un psicólogo, debido al trauma, por otra parte, su maestra y la madre de Klee, ya no estaban más, no había quedado nada de ellas. Albedo se ahogó con su propio grito y Sacarosa trato de controlarlo, repitiéndole que no había sido su culpa, solo se calmó cuando la enfermera y su ayudante le colocaron un calmante.
Varias veces sucedió lo mismo, despertaba, se acordaba de lo sucedido y entraba en crisis. Con el tiempo pudo mejorar, con ayuda de la medicación, se había enterado que el estallido no había provocado mas daños por la acción de su maestra, que está el final, había preparado una solución simple, vertiéndola sobre los restos del fuego, los gases que había expulsado la onda del primer estallido eran sumamente inflamables y con aquella solución, había liberado una reacción en cadena, consumiendo todos los gases en segundos, lo que provocó los colores de aurora, pero, el calor emitido se llevo la vida de las dos mujeres.
La policía había echo lo suyo, el forense de igual forma, el funeral fue sencillo y doloroso, Klee lloraba y se abrazaba de su peluche, lo único que ahora tenia de su madre, y Albedo se quebró aún más.
Una parte de su mente sabía que no era culpable pero la otra, lo torturaba cada noche, el primer diagnóstico fue, estrés postraumático. Dejo de lado sus experimentos, incluso cuándo sus heridas sanaron, Sacarosa lo motivaba, ella se había interesado en el campo de la bioquímica, la bioética y las botánica, él lo sabía, en sus ojos se veía la depresión.
Klee había quedado bajo la custodia de Jean, media hermana de Alice, aunque extrañaba a su madre, no había quedado con heridas psicológicas notables, con terapia y ayuda podría continuar su vida, pero no albedo.
Se había encerrado en sí mismo, no permitía que nadie lo viera, ni siquiera salía de su habitación en casa de sacarosa, se negaba a salir al exterior, solo cumplía sus funciones básicas, para volver a mirar por la ventana y dibujar, ya no gritaba por las noches mientras las pesadillas lo acosaban, abusaba de la medicación para mantenerse en pie, ya reía y de vez en cuando salía, con los ojos rojos y la pupila dilatada, todos se preocuparon por él, sin embargo, él no los dejo entrar.
No volvió a ver a Klee, por miedo y vergüenza, quería ser odiado por la niña y por sacarosa, por todos, estaba frustrado y hundido en su depresión cada vez más, fingía que estaba bien y solo necesitaba privacidad, su segundo diagnostico fue, maniaco depresivo.
Se olvido de todo lo que le importo alguna vez, y a la vez lo único que quería era morir, regresar el tiempo y tomar el lugar de su maestra, él se hubiera sacrificado por el bien de todas, el no tenía porque estar vivo, y no quería que nadie lo viera, poco a poco se aparto de todos, evadiendo su realidad, fingiendo que estaba muerto para todos.
Cuando el invierno llego, sorprendió a todos con un obsequio y la noticia de que se mudaría, nadie estuvo de acuerdo, solo sacarosa, porque podía ver el estado de Albedo, no quería que se fuera solo le insistió en acompañarlo, pero este se negó, prometiéndole una llamada cada semana.
Necesitaba alejarse todo, el bullicio de la ciudad y los ojos que lo veían con lastima, termino en la antigua casa de sus fallecidos padres en los bosques del norte, así fue como se despidió de Mondstadt, con una pequeña maleta cargada de benzodiazepinas.
Solo para llegar a la fría cabaña donde vivió solo dos años de su vida, antes de ser rescatado por su maestra, con la cual la solía visitarla de vez en cuando, el pueblo estaba a unos quince minutos de caminata, tranquilo y con olor a leña todo el tiempo y la ciudad más cercana, Liyue, se encontraba a tres horas. Era el ambiente que quería, como una gélida tumba.
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Beautiful Madness
Fiksi PenggemarAlbedo comenzó a despreciar su vida hacía tiempo, ya no buscaba su origen en los libros antiguos, no se preguntaba como crearla de la nada. Al contrario, adoraba la muerte, el fin de todo, la aniquilación y el dolor de sus recuerdos se curaba con va...