Albedo Dream

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Continuamos con la historia, con la llegada del banner de albedo 

¡¡comenten o me deprimo!!


¿Realmente este es el fin? fue lo último que pensó Albedo antes de quedarse dormido, su fuerza disminuyó como un suspiro, pudo sentir las gotas sobre su rostro, ¿Xiao había llorado?, incluso en aquel estado, solo quería levantar sus manos y consolarlo, pero al mismo tiempo solo quería dejarse ir.

-¿Albedo mi niño no tienes frío?- escucho una voz y sus ojos estelares se abrieron, la luz lo cegó

-deja de jugar entre la nieve o vas a enfermarte- la sonrisa de su maestra era tan amplia, quiso hablar pero no podía, su cuerpo era pequeño, su maestra solo le acomodaba su gorro

-debes usar gorro de ahora en adelante- la joven le colocó un beso en la frente

-si maestra- el niño sonrió

-vendré enseguida, no te vayas lejos- la mujer lo dejó sentado en el pórtico comiendo galletas.

El clima era nevado, lleno de nubarrones blancos, árboles cubierto con nieve, estaba en su cabaña, solo que ahora tan solo era un niño, al poco rato se guardó las galletas y saltó de su silla, su naturaleza exploradora lo llevó lentamente hasta donde podía ver cómo se movían las hojas de un matorral

La nieve no lo había cubierto debido al movimiento, Albedo no se detuvo a pensar que podría estar escondido un animal salvaje del bosque, que había bajado de las montañas, tan solo se acercó

Tomó una ramita de madera y picoteo el arbusto

-auch- se escuchó, Albedo soltó la ramita, del arbusto emergió un niño pequeño, incluso más pequeño que el

-¿qué haces ahí?- pregunto Albedo, el niño lucia lleno de lodo y moretones, su cabello negro y albortado

-shhh, me escondo- el niño volvió al arbusto y albedo lo siguió

-¿no tienes frío?- preguntó al ver que el niño sólo llevaba pantalones y una playera sencilla, sus ojos decayeron pero negó firmemente, aunque Albedo podía verlo temblar

-¿de qué te escondes?- de nuevo pregunto

-esas monjas, estoy cansado de que me traigan de un lugar a otro- Albedo pestañeo

-¿vives con ellas?- albedo se rebuscó en su saco

-me dijeron que esta vez me quedaria aqui, pero era mentira- el niño se notaba molesto y albedo llegó a una conclusión

-eres del orfanato- soltó y el niño solo suspiro con tristeza mientras su ojos ámbar se llenaban de lágrimas que se negó a soltar apretando sus puños

-yo, yo tampoco tengo papas, solo mi maestra- sonrió, mientras le ofrecía una galleta al niño, el pequeño la devoró como si nunca hubiera comido y albedo le puso su gorro

-toma esto también, a mi no me gusta, pero no le digas a nadie que te lo di- el niño solo asintió

-¿albedooo, niñoo dónde estás?- se escuchó gritos

-no te preocupes es mi maestra, iré para que no te encuentre- sonrió y albedo salió corriendo

La mayor solo suspiro, "ese niño ya perdió el gorro" pensó.

Después de un rato Albedo tomo mas galletas y en un descuido de su maestra salió corriendo al arbusto, pero el niño ya no estaba, Albedo siguió sus huellas, lentamente entre la nieve, sus brazos de niño no le permitían abrirse paso, pero poco a poco fue cambiando, hasta ser el adulto que era y corrio tan rapido como sus pies se lo permitían, aunque sus pulmones le dolieran por el aire frío, llegó hasta el río que estaba bajo espina dragón y ahí estába el niño, flotando en las aguas tranquilas, su pequeño rostro hundido en el agua casi congelada

Albedo saltó al río y tomó en sus manos, estaba tan frío que lo abrazó cerrando sus ojos, cuando sus ojos se abrieron en sus brazos estaba el Xiao que conocía.

-no me dejes- susurro albedo y lentamente la corriente se convirtió en más fuerte, a pequeños golpes arrasto ambos cuerpos

El agua los cubrió y albedo pudo sentir tanto dolor que deseo morir de nuevo, quería gritar y no podia, queria nadar hasta la salida pero no quería soltar a xiao

Con un tirón sintió como su cuerpo dejaba de ser pesado y podía alcanzar a salir del agua, Sin embargo xiao se alejó de él, arrastrando por la fuerte agua, negando con la cabeza

Albedo trató de regresar pero ya era muy tarde, Xiao se había hundido y él, estaba firmemente sostenido de la mano de klee.

-hermano Albedo, vamos a casa- el dolor ceso pero el vacío del corazón se hizo mas grande.

Beautiful MadnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora