Comenten o me deprimo. Disfruten la lectura de este capitulo.
Albedo había estado al corriente con Scarosa al pasarla la información que Diluc le había proporcionado, mas como un seguro, por si algo sucedía, también había tenido una llamada con Kaeya y Klee que no paraban de preguntar donde estaba y si les llevaría recuerdos de sus viajes, a lo que Albedo había dicho que estaría para su cumpleaños sin falta. Aunque el plan era despertar a Xiao antes de esa fecha.
La siguiente parada de Albedo fue en puerto Ormos en Sumero, era la primera vez que visitaba aquella nación, ya había recibido muchas ofertas de trabajar en la academia, pero el siempre terminaba rechazando cada una de ellas. Aun así no negaba que la ciudad del bosque y el desierto era sin duda la más bella que había conocido hasta el momento, no dejo que el tiempo pasara en vano, hasta llegar a la ciudad y sobre todo a la academia, tenias varios colegas con los que en algún momento había participado en foros y debates, incluso siendo corregidor de muchas tesis.
Podría destacar a Laila quien era la astrologa más buena que conocía, haciendo avances dentro de su campo de suma importancia, y por supuesto la persona con la que se reuniría, un botanista e ingeniero bioquímico de suma importancia, y aunque había sido desertor de la academia, siempre volvía cuando era necesario, tal como albedo, Tignari, prefería los espacios más amenos, ya que también era parte de la asociación de preservación de flora y fauna de sumeru.
Albedo había llamado a la oficina de manera pacífica, después de darle una vuelta a la biblioteca, la cual era enorme y exquisita, albedo sin duda podría vivir en ella sin salir siquiera un segundo, pero como dicen, el conocimiento podría matarte, aunque incluso en aquel momento Albedo sentía como si unos ojos invisibles lo siguieran constantemente entre la multitud
-no puedo créelo, la leyenda en persona, Albedo Kreideprinz al fin se digna en visitar sumeru- había recibido Tignari con una sonrisa juguetona
-para todo hay una primera vez colega- respondió mientras Tignari lo invitaba a la amplia oficina, llena de libros y ensayos
-he de admitir que, si me sorprendió, después de su aparente retiro, ahora está más activo que nunca- menciono Tignari y albedo suspiro
-supongo que necesitaba una verdadera motivación y ahora que la tengo, debo llegar hasta la respuesta o no sería digno de todos estos elogios- Tignari sin duda estaba intrigado, trabajar con albedo era una de sus metas más grandes, aunque en el pasado había sido un buen colega de Sacarosa, la cual la tenia en estima como la bioquímica brillante que era.
-teniendo a una colega como Sacarosa en este ámbito, me instiga saber, porque me ha elegido- cuestiono
-Sacarosa es sin duda brillante, pero toda rama tiene a sus favoritos y a decir verdad, es usted un genio de alto renombre, quisiera su opinión- albedo extendió algunos documentos, con algo de temor, aunque no notable, la sensación de ser escuchado y visto desde la oscuridad no lo deja en paz, aunque ya había puesto al corriente a Tignari por correo, se había guardado algunos datos para ese momento, Tignari se tomó un tiempo para analizar el documento escrito con una pulcra letra.
-le seré sincero, por un segundo desconfíe, los datos que mando son sobre una rara sustancia que no tiene registro, una droga. Algo que tal vez usted ya este enterado, no se trata de nada común, por eso también mi insistencia para verlo, tenía que estar seguro que no colaborara con los fatui- albedo suspiro, había dado en el blanco
-no creo que nuestro tercer anfitrión tenga que permanecer en las sombras- Tignari abrió sus ojos, así que se había dado cuenta, detrás de un librero, emergió un hombre de tez oscura y cabello albino
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Beautiful Madness
Fiksi PenggemarAlbedo comenzó a despreciar su vida hacía tiempo, ya no buscaba su origen en los libros antiguos, no se preguntaba como crearla de la nada. Al contrario, adoraba la muerte, el fin de todo, la aniquilación y el dolor de sus recuerdos se curaba con va...