Beautiful Madness

Regreso

Comienza la segunda parte de nuestra enredada historia, mas drama y suspenso, mas adicción y y locura y al fin las respuestas que buscaban, no olviden pasar a leer Beautiful Madness: Anemo Days para mas placer y locura del pasado de esta historia.

¡Disfruten la lectura!

Albedo se había olvidado de todo a excepción de la pintura, encontraba maravilloso pintar a Xiao mientras este hacía cualquier cosa y a Xiao no le parecía importarle ser el modelo de los dibujos de Albedo.

-Esta noche estará Beidou de regreso, le pedí que me hiciera un nuevo tatuaje, ¿no quieres una oportunidad de tatuarte?- expresó Xiao mientras acomodaba sus cosas en su mochila, Albedo lo pensó

-me da curiosidad ver su trabajo, sin embargo- se detuvo mientras un escalofrió le recorrió la piel

-¿miedo... social? o temor a las grandes embarcaciones, ¿talasofobia?- Xiao pudo leerlo y Albedo solo sonrió de lado por el acompañamiento de la broma.

-Beidou y Kazuha son como nosotros, están un poco mal, sobre todo Kazuha, ellos no te juzgarán- Xiao sonrió mientras colocaba su chaqueta sobre los hombrosn

-vale, vale, pero si tengo una maravillosa crisis, moverás tu tatuado trasero para traerme a casa o te matare- y con una advertencia Xiao sonrió

-claro su majestad-. Xiao condujo su motocicleta mientras albedo se sostenía de su cintura como si nada en la vida importará, el viaje fue largo, Albedo se preguntaba si no era cansado lo mucho que xiao venía a verlo.

Cuando llegaron era tan solo una playa, a lo lejos, un enorme barco lucía sus banderas rojas replegadas. A la orilla de la playa estaba otro chico, más o menos de su misma edad, de cabello blanco y un mechón rojizo. Albedo se puso nervioso.

-muévete, no quiero que me dejen sin ron- gritó el chico con un tono de voz suave.

Xiao lo ignoro y tomó la mano de Albedo, con un gesto indicó que si era de su agrado y Albedo asintió, mientras escondía su moto detrás de unas rocas

-¿no la robaran?- interrogó albedo

-nadie pasa por aquí. Descuida estará lista por si quieres salir de aquí- sonrió y caminó hasta el chico, a un lado de un bote.

-Cada que te veo, eres aun mas alcohólico- saludo xiao con un apretón de manos

-el hipócrita hablando- kazuha señaló el bote

-¿tu amigo es?- interrogó kazuha mientras se acomodaba en el bote

-Albedo, el es Kazuha un alcohólico, Kazuha el es Albedo, no te atrevas a molestarlo o te partiré la cara- Albedo rio un poco, pese a estar con las manos sudadas y el ritmo cardíaco acelerado, la presencia de xiao lo confortaba

-un gusto-había respondido tragando un poco de saliva

-el gusto es mío y déjame darte un consejo, no te juntes con tipos como xiao, pareces un hombre de bien- xiao empujo a kazuha y ambos rieron

Después de remar unos minutos, varios marineros de la flota los ayudaron a subir al enorme barco, Xiao sostuvo a albedo por la cintura para darle apoyo.

-¡hijos del mar, la brisa ha traído a nuestro Xiao!, ¡brindemos por eso!- una hermosa mujer resaltó entre todos, la capitana Beidou, de traje rojo con un parche del mismo tono y una botas de cuero negras, era sin duda una mujer empoderada, guerrera y capaz.

Xiao levantó su mano para saludarla y Kazuha se apresuró a servir ron para los nuevos invitados.

Cuando el alcohol entró en el torrente de albedo, el nerviosismo pasó, más cuando vio a su alrededor, un manojo de personas cada una tan excéntrica como la otra. No había nadie que pudiera juzgarlo, sin antes pensar en ser juzgado y el miedo a eso, detenía a cualquier valiente.

-¡con la brisa y el mar, los pecados se cubren de sal!- Kazuha recitaba, parado sobre una mesa tratando de equilibrarse, estaba obviamente ebrio.

La música sonaba al ritmo de los tambores y los gritos de todo parecían nunca acabar, sin embargo xiao y albedo se encontraban en el camerino de la capitana, ambos con una nueva marca en su pie

-totalmente gratis para xiao pero me debes un favor y totalmente gratis para tu amigo, por ser su primer tatuaje- había sonreído la mujer

-¿Cuál es el precio?- sentenció xiao

-ningguang, solo llévale esta carta mañana por la tarde- ambos sonrieron de manera cómplice

-algún día moverás tu trasero fuera de este barco- Xiao bromeo, Albedo sentía adrenalina y entusiasmo, tanto que se distrajo y observó como Kazuha perdía el equilibrio hasta caer.