Beautiful Madness

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Tenia toda la intención de subir este capitulo ayer para celebrar el cumpleaños de uno de mis personajes favoritos, Albedo, pero no tuve tiempo. Así que hoy paso a dejarles una capitulo.

¡¡¡Advertencia: Contenido sensible!!! 

¡¡Disfruten la lectura!!


Cuando Albedo despertó, se sentía jodido y adolorido, sin mencionar lo sucio y cansado, observó las marcas por su cuerpo además de moretones en su trasero, sus caderas, brazos y algunos chupetones, mordió su lengua al recordar, a un lado estaba Xiao, dormido, con sangre seca y las sabanas manchadas de sangre, Albedo se preocupó, le tomo la temperatura y checo su respiración, aun no entendía porque Xiao respiraba tan lento mientras dormía, no quiso despertarlo.

Se apresuro y se arrastró hasta el baño, donde tomo una ducha rápida para limpiarse, tomo ropa cómoda y rebusco en todas partes su botiquín, sin antes tomar unas píldoras.

Cuando regreso a la habitación, el rostro de Xiao estaba perturbado, su respiración irregular y un sudor recorría su frente, era una de sus pesadillas, Albedo ya lo había visto así en otras ocasiones, en su mayoría se despertaba al borde del llanto y de gritos.

-Xiao, despierta, es un mal sueño- lo sacudió con algo de fuerza, sabia que era difícil despertarlo

-ya estoy dormido mamá- susurro en el sueño, Albedo se preocupo

-Xiao despierta- lo maltrato un poco, pero seguía en el sueño

-no, no lo estoy, estoy jugando- seguía susurrando, las lágrimas se le escapaban de los ojos cerrados, albedo lo empujo aún más de los hombros, las heridas causadas por las mordidas se abrieron,

-¡Qiqi!- grito xiao al despertar, Albedo lo abrazo, no lo pensó ni lo planeo, solo paso.

-es una pesadilla- sintió le temblor de Xiao, luego de un momento, este se tranquilizo

-he! parece que intentaste matarme anoche- cambio bruscamente de tema, aun le brotaban pesadas lagrimas de sus ojos ámbar, Albedo le siguió la corriente, dejo de abrazarlo y tomo el botiquín, se aclaró la garganta

-en realidad, parece que sí. Pero no estoy en absoluto arrepentido, toma una ducha y te curare- Albedo mostro el botiquín y las vendas, Xiao sonrió tan melancólico y con lagrimas, Albedo se rompió, aunque no lo aparento, extendió su mano rebuscando sus benzodiacepinas y se las paso a Xiao

-dolerá un infierno si no quitas esas costras de sangre rápido- había dicho con burla, Xiao tomo las pastillas, ninguno necesitaba ser directo, se entendían

-avísame cuando estés listo y vendré a cumplir mi palabra- Albedo salió de la habitación, su rostro cayo, ¿así se veía el?, ¿igual de roto, igual de quebrado? tan perdido en un dolor que no se puede superar, el rostro de Xiao gritaba ¿culpa?, ¿muerte?, realmente era doloroso.

Xiao tomo varias píldoras y se jalo un poco el cabello de frustración, ¿Por qué nada lo dejaba en paz?, los recuerdos de su niñez que parecían gritarle día con día, que lo acosaban y atormentaban, luego estaba aquello, que le gritaba que se matara, que dejara este mundo, que lo mejor era simplemente morir. Dejo que su cuerpo temblara de nuevo y las lágrimas salieran aún más, dolía demasiado, el no era del todo un monstruo, solo era alguien perdido, se quitó las vendas de su muñeca y rasco, hasta que las heridas se abrieron un poco y el dolor lo saco de su estado, eran aquella heridas de su intento más cercano a la muerte, Hu Tao había tratado de no hacer un desastre suturándolas, cuidando de él un par de días a escondidas de todos, Xiao se había arrepentido, no de querer morir, pero si de correr con la muñeca destrozada, medio muerto hasta la habitación de su hermana, hacerla llorar y finalmente marcharse. No quería hacer eso de nuevo. no quería que nadie lo viera así, bueno, eso creía, porque por alguna razón, con Albedo era diferente, tal vez porque no lo cuestionaba o en su mirada no había dictamen o sentencia, solo un profundo dolor, al igual que el suyo. 

Se levanto y entro a la ducha, Albedo tenia razón, dolía como el infierno, pero el dolor estaba bien, le sentaba bien.

Albedo vendo y curo algunas heridas, incluyendo las feas cicatrices de su brazo, no pregunto, ni hizo ningún comentario, sabía que había sido un intento de suicido no muy lejano, el cuerpo de Xiao estaba lleno de cicatrices que el reconocía como autolesiones, profundas y severas. Ninguno de los dos quería estar vivo, pero se negaban a morir de cierta manera, encontraban placer en el dolor emocional, mental y físico. Como si ello pagara sus pecados. 

Era lunes y Xiao decidió que asistir a su trabajo no era una opción, todo el día pareció perdido, Albedo lo encontró parado frente al espejo en varias ocasiones, lo arrastro al sillón en cada una de ellas, por su parte Albedo parecía nervioso, eso era malo, ambos en crisis.

Albedo cerro cada puerta y ventana de su cabaña con llave y luego las aventó al fuego de la chimenea, Xiao seguía perdido frente al espejo, cuando fue por él se quedo en la misma posición, el espejo era imponente, siniestro, no debió de comprar uno nuevo después de quebrar el ultimo, ¿Por qué se veía deforme?

"mi niño luces terrible", "señor Kreideprinz, ¿alguna declaración?", "Hermano Albedo, has magia", "no fue tu culpa", "encontraras tu felicidad algún día", "soy un genio", "yo puedo con esta investigación", "huye", "cobarde"...

"mi niño es hora de dormir", "Alatus, mi niño", "¿ya estas dormido?", "no, no lo estoy, estoy jugando", "Hermanito duele", "Qiqi quiere que su hermano la proteja siempre", "no quiero que me abandonen", "huye", "cobarde"...

Ambos puños se enterraron en el espejo, se miraron mutuamente, mientras reían, Albedo tomo los vidrios rotos en sus manos, y Xiao lo imito, ambos se cortaron, pero solo eran rasguños

-podríamos comernos esos malos recuerdos- la voz de xiao era una mezcla de grito y risa, de llanto y melancolía

-no, tenemos que verlos una y otra vez, es nuestro castigo- Albedo negó y soltó los vidrios, Xiao lo dudo, pero cedió finalmente.

Ambos recorrieron la casa sin sentido.

-vi morir a las personas que más amaba y no hice nada, ¡NO HICE NADA!- albedo gritaba mientras se retorcía de risa en un rincón, -no quedo nada de ellas, ni polvo, ni ceniza, ¡FUE MI CULPA!- Xiao comenzaba a mover su cuerpo involuntariamente a manera de espasmos, se acercó arrastrándose hasta Albedo y lo miro a los ojos -yo el gran Albedo Kreidenprinz soy un cobarde, soy un asesino- susurro, Xiao lo miro, Albedo no era un asesino, no como el, lo sabia sin siquiera conocer mas detalles, Xiao se aclaro la garganta, nunca había dicho aquello, no completo. 

-mi madre tomo mis manos- apretó las manos de Albedo -y apuñalo a mi padre hasta morir- Xiao rio e imito la acción, albedo reía a carcajadas -luego trato de ponerme a dormir, pero no era hora de dormir- Xiao soltó las manos de Albedo y se las coloso en el cuello -luego ella, se cortó la garganta- Xiao se partió de la risa junto a albedo -y ni hablar de lo que hice hace un par de años, ese día solo quería jugar-.

Golpearon las paredes porque querían salir, desesperados por el encierro, parecían bestias tratando de escapar, rasguñaron la puerta y quebraron un par de platos contra la puerta

-¿es esto el infierno?- se preguntó Albedo

-seria hermoso si estas a mi lado, mi Beautiful Madness- Xiao respondido y aventó una caja, las pinturas de albedo volaron por toda la sala, Albedo quedo maravillado, hojas y hojas llenas de trágicos momentos pero también de buenos, volaron por todo el lugar, como ver su vida pasar frente a sus ojos y Xiao estaba ahí esparciendo todo, revolviendo y sacándolo de si mismo, como quien viene  para crear caos pero un caos perfecto, mágico, inestable, algo que era tan hermoso, Albedo se maravillo, era explosivo, como una reacción de las que internamente anhelaba en su laboratorio, era un nuevo experimento, que ponía a prueba todo limite humano Xiao era su Beatiful Madness. Finalmente cuando todo cayo, tomo unos pinceles y frascos de pintura

Comenzó a pintar sobre el suelo y Xiao se derrumbo a su lado mientras lo miraba con ojos desorbitados

-la verdad le tengo miedo a la muerte, ¿morirías conmigo?- 

-por supuesto, seria un placer-

Beautiful MadnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora