Beautiful Madness

La Sicilia mas hermosa de Mondstadt

¡¡Comenten o me deprimo!!

La vida esta llena de caídas o al menos así la lograba percibir Xiao, viviendo completamente en una ilusión, provocada por su psicosis y alimentada por las drogas que solía consumir, solo refugiándose en las viejas cavernas que inzuma tenia a las orillas del mar, con una hermosa vegetación luminiscente y un poco de brisa fresca 

--¿extrañas mondstadt?-- pregunto Xiao en voz alta mientras entraba a la caverna

//Silencio//

-si algún día veo a Beidou le pediré que traiga Sicilias solo para ti- continuaba con ternura, mientras alisaba aquello que le parecían mechones rubios

//Silencio//

--odio que no me hables, por favor dime algo,  ¡responde!-- su voz se convertía lentamente en enojo y en grito ahogado

//Silencio//

--por favor, respóndeme, te amo-- solo silencio envuelto en gritos y llantos 

--no, por favor, no me dejes, no te volveré a gritar-- suplico y una sonrisa se asomo ante sus ojos, una perfecta sonrisa inundada por un azul celeste de unos ojos fluorescentes.

El resto de los meses pasaron bajo la misma fluorescencia azulada, los olores dulzosos de los cerezos y los atardeceres lleno de luces, cuando el año nuevo llego, Xiao lo recibió desde el tejado de su trabajo, los fuegos artificiales le recordaron a Liyue, el alboroto y los aromas de la comida parecían alegrar el lugar de la eternidad. 

sin embargo la seguridad por parte de la policía se había incrementado, por lo que Xiao se obligo a permanecer alejado de las drogas, pero no de su psicosis, no era un esquizofrénico violento pero no era normal. 

Después de un evento de la casa de té, Thoma le regalo un  presenté antes de salir de vacaciones, una bonita bufanda roja con algunas decoraciones de huellitas de perro, Xiao había dado las gracias con pena, antes de escudarse de terse que marchar porque alguien lo esperaba. 

cuando los meses pasaron y Xiao no volvió a su trabajo, Thoma se preocupo, no notaba algo extremadamente malo en Xiao como para que decidiera no volver, por otra parte podría haberse marchado, pero no lo creía posible, así que después de un rato de pensarlo, le pidió ayuda a su mejor amigo, el elegante amo de la ascienda kamisato. 

--¿porque te suelen obsesionar estas cosas?, probablemente ese tipo ni te considere su amigo-- refuto el hombre de perfecto cabello azul claro 

--lo se, pero no puedo evitarlo sabes, no es como de "Thoma deja de ser amable con los extraños y ya"-- acusaba frustrado Thoma mientras caminaban, solo acompañado de la risa del joven Ayato 

--esta bien, le diré a Sara que si lo ha visto, espérame aquí-- había sonreído Ayato antes de marcharse, era incluso mas elegante que su hermana Ayaka

Thoma, sin embargo era desobediente y después de un rato comenzó a bajar por las calles mas estrechas hasta los barrios pobres cercanos a la playa, había toda clase de personas en aquellos lugares, desde maleantes, hasta extranjeros y personas de bajos recursos, Thoma siempre regresaba deprimido si visitaba aquellos lugares, después de caminar se encontró un grupo de chicas que parecían estar platicando

--buenos días, espero no interrumpir, estoy buscando a un chico de nombre Xiao, ¿alguna de ustedes señoritas lo conoce?-- saludo thoma sonriente, las chicas rieron para si mismas, Thoma tenia esa apariencia de chico bueno que derretía corazones 

--hola chico lindo, no sabemos quien es, pero podemos darte un paseo-- Thoma sonrió con nerviosismo 

--yo, creo que-- trato de formar 

--vamos, fuera de aquí, no atosiguen al joven-- una abuela interrumpió y Thoma le agradeció, las chicas se fueron molestas, pero lanzando besos y gestos a Thoma  

--discúlpalas, el hombre que busca no vive aquí-- había continuado la anciana, a lo que Thoma volvió a su forma seria 

--abuela, ¿sabe donde lo puedo encontrar?-- preguntó amable 

--hay unas cuevas bajando aun mas, cerca de la playa, es donde vive ese chico, pero te sugiero no ir solo-- la anciana se retiro 

--gracias, supongo-- thoma se quedo pensado un poco, podría regresar y esperar a Ayato para ir pero por otra parte, no era la clase de lugar, donde alguien como Ayato debería andar, por lo que se puso en marcha solo. 

después de lo que le pareció una eternidad, encontró la cuevas, en algunas de ellas había personas tomando vino o drogándose, por lo que thoma procuraba ir veloz sin mirar mucho, hasta que llego a la mas retirada, donde escucho la particular voz de Xiao, no entro directamente, solo se acerco lo suficiente para verlo sin que este se diera cuenta. 

--no volveremos entiende-- recitaba xiao en voz alta

--eres, la Sicilia mas hermosa de mondstadt-- Thoma se asomó en busca de la otra persona con la que Xiao parecía conversar pero la cueva permanecía vacía

--no volverás a pasar frio-- y la imagen que recibió Thoma, solo lo hicieron irse lentamente con los ojos abiertos al borde de las lagrimas y su manos en la boca para evitar decir algo.