50. Pequeños momentos.

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Las bendiciones de Doyoung.
Versión editada.
Primera parte:
Capítulo 50. "Pequeños momentos"

 "Pequeños momentos"

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Es un día lluvioso, los niños observan por la ventana de su hogar, emocionados por las gotas de lluvia que golpean contra el cristal.

—¿La lluvia es sudor de nube? —preguntó Jaemin, observando el cielo con curiosidad.

—Yo creo que son lágrimas —dijo Donghyuck. —El sudor es guácala.

—Guácala —repitió Renjun.

—Es pipí de gigantes —Jeno se veía demasiado orgulloso de lo que acababa de decir, incluso si todos sus hermanos voltearon a verlo con cara de asco.

—Solo es agua —afirmó Mark y todos asintieron. —Los mellizos no opinan porque no saben hablar.

Y así el debate se terminó, dando por ganador oficial al mayor de todos los hermanos.

Doyoung simplemente se dedicó a observar a sus hijos desde su sillón, riendo de vez en cuando por las palabras de los pequeños.

A veces no podía creer la cantidad de inocencia que los niños tenían, deseaba cuidar por siempre a sus hijos para que nadie fuese a dañarlos y quitarles la felicidad. Ojalá poder guardarlos en una cajita de cristal cerca de su corazón.

—Papi —Renjun extendió sus brazos para que su padre lo cargara. —Up, up.

—Up, up —le imitó Doyoung con una sonrisa, alzando a su pequeño para sentarlo en sus piernas. —Estás creciendo muy rápido, mi corazón.

—¡Papá! —Donghyuck se acercó y reclamó su asiento en la otra pierna de su padre. —Mío.

—Mi papá es mío —dijo Mark con el ceño fruncido, corriendo para sentarse en una esquina del sillón.

—¡Mientes! —gritó Jeno mientras corría para sentarse en el suelo, abrazando la pierna de su padre.

—Todos están equivocados, me quiere más a mí —Jaemin caminó hasta tomar el brazo de su padre, dejando un besito en él. —Así hace mi papá.

El pelinegro no podía dejar de reír por lo posesivos que llegaban a ser todos sus hijos, tal vez si lo habían heredado de él.

Recordaba como peleaba con las parejas de sus hermanos, como una de las novias de Minseok le hizo llorar por haberle dicho que su hermano la quería más a ella. Estaban jugando pero el siempre había sido sensible a todo (por no decir llorón) y se sintió solo por ese comentario.

O la vez que Irene presumió amar a su novia más que a sus hermanos, haciéndolo llorar en segundos, frente a toda la familia.

Sí, sus hijos eran igual a él.

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