14. A rehabilitación.

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Las bendiciones de Doyoung.
Versión editada.
Segunda parte:
Capítulo 14. "A rehabilitación"

Estuvo en el hospital aproximadamente dos semanas hasta que el psiquiatra pudo evaluarlo con claridad

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Estuvo en el hospital aproximadamente dos semanas hasta que el psiquiatra pudo evaluarlo con claridad.

Determinaron que tenía síndrome de fatiga crónica, su inestabilidad emocional lo había llevado a colapsar varias veces frente a sus hijos y necesitaba tratarse lo más pronto posible si quería estar bien.

—Hijos míos —Doyoung sonrió en grande cuando pudo verlos entrar en fila a la habitación. —¿Qué pasa?

—Mi papá nos contó lo que ha estado sucediendo —habló Mark, dejando sus cosas a un lado para acercarse a su padre. —¿De verdad te pondrán en rehabilitación?

Jisung y Chenle se subieron a la camilla, quedando sentados cada uno a un lado de su padre.

—¿Eso no era para los drogadictos? —preguntó Chenle.

—Que yo sepa era para alcohólicos —dijo Jisung, pensando un poco.

—Debo de administrar las cosas que miran en internet —Doyoung entrecerró los ojos pero comenzó a reír cuando sus hijos le imitaron. —Cuando tu salud mental está tan delicada como la mía, debes de ingresar al centro de rehabilitación psiquiátrico, ahí te ayudan con tus problemas.

Donghyuck hizo una mueca ante las palabras de su padre y recordó vagamente las veces que lloraba con ellos en brazos, tal vez el trauma que les dejó Taeil había ocasionado que no se les olvidara nunca ese tipo de cosas.

Se acercó para tomar asiento a un lado de Mark y este le revolvió los cabellos con una pequeña sonrisa.

—Yo me encargaré de ustedes en lo que papá no está —dijo Mark, observando la inconformidad en las caras de sus hermanos. —O pueden ir a casa de sus padres si así lo desean.

—La casa se sentirá muy sola sin papá —dijo Jaemin en voz baja, queriendo llorar. —No quiero regresar sin él.

—Jaemin tiene razón —habló Jeno. —Será triste irnos a dormir sin tener la certeza de que nuestro padre va a despertarnos tocando la puerta de la habitación.

El pelinegro observó la tristeza de sus hijos y su corazón se hizo pedazos en ese momento. ¿En qué momento habían crecido? Si el los seguía viendo como los pequeños niños de papá.

—Escuchen —dijo Doyoung, llamando la atención de todos. —Se que están acostumbrados a mí, yo también estoy acostumbrado a sus presencias... Pero tienen que aprender a vivir sin mí, por lo menos ustedes; Mark, Hyuck y Jaemin. Son los mayores y los más propensos a dejar la casa pronto.

—Yo me quedaré contigo hasta que sea viejito —dijo Renjun.

—De mis ganas los tendría a todos en casita hasta que sean ancianos —sonrió. —Pero van a necesitar su propio espacio cuando llegue el momento, Mark y Sabrina quieren vivir juntos.

Las bendiciones de DoyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora