[Capítulo 42]

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   Caminé hacia el jardín de Morgan. Necesitaba aire fresco y fumar. Contradictorio. Cuando salí del salón y recorrí los pasillos dirigiéndome a mi destino, todos me miraron como sí fuera de otro planeta.
   Luego de varios insultos y gestos obsenos llegué al jardín. Me senté debajo de un gran árbol y encendí un cigarrillo. Luego de un tiempo mirando el móvil, dos sombras se hicieron presentes en mi campo visual: Chris y Lexi. Sonreí.

   —Miren quién tenemos aquí —dijo Chris sonriendo—. Si intentas de asustarnos con esa ropa no funciona. —Hizo una mueca.

   —No intento nada de eso. Mi vida no gira en torno a ustedes, idiotas. —Me levanté del suelo.

   —¿Quién te crees, zorra? —chilló Lexi e intentó darme una bofetada, pero su mano nunca llegó a mi mejilla. La tomé antes de que eso sucediera y torcí su brazo en una llave de policía— Sueltame —lloriqueó, pero ni de chiste le haría caso.

   —¿Te gusta esto, puta? —susurré.

   Chris se acercó desde atrás, intentando tomarme por sorpresa, pero fui más rápida. Dirigí un codazo directo a su nariz y luego empujé a Lexi lejos para seguir dándole puñetazos a Chris.
   Unos brazos me separaron del cuerpo del idiota y me alejaron un poco.
   Cuando al fin me soltaron, di una patada en el estómago a Chris y luego me volteé para ver quién fue el que me detuvo.

   —Tenemos que hablar —dijo Maddox tomándome del brazo, pero me safé al instante.

   —Tú y yo no existen juntos en una misma oración —susurré peligrosamente cerca—. Vuelves a cruzarte en mi camino y terminarás como este idiota. —Señalé a Chris— Así que piensa bien lo que harás.

   Me alejé hacia mi siguiente clase, sin voltear a ver a los idiotas que estaban más atrás.

* * * * *

   —Adam he vuelto —dije al oír que el teléfono se descolgaba del otro lado de la línea.

   —Al fin, Chica Mala —dijo con cierto tono de sarcasmo—. Hoy, dentro de una hora, ¿Vienes?

   —No me lo perdería por nada —contesté para luego colgar.

   Sonreí. Salía de la habitación cuando Mare estaba llegando.

   —¡_____! —Sonrió feliz— Escuché lo que hiciste. —Fruncí el ceño— ¡Al fin te libraste de esos idiotas!

   Me abrazó y yo a ella.
   Luego de ese mini encuentro emocional Mare llamó a Shepley para dirigirnos juntos hacia el viejo edificio que tanto extrañaba.
Al entrar por la pequeña ventana nuevamente, tomé una profunda bocanada de aire, sintiendo el aroma a humedad, cigarros y sangre. Sonreí nuevamente, en todo caso, ¿Cómo no hacerlo? Es el único lugar en el que verdaderamente puedo expresarme, ser como soy.

   —Hola Adam —dije feliz al tiempo que lo abrazaba.

   —Hey Chica Mala. —Me devolvió el gesto— Tus fans preguntaron demasiado por ti. —Reí y rodé los ojos.

   —¿Mis fans? —Volví a reír, es algo inesperado, pero alentador— Pues les daré una pelea que no olvidarán.

   Él solo río negando y luego salió hacia el tumulto de gente para anunciar mi nueva llegada luego de tanto tiempo fuera. Mi sonrisa se desvaneció y una lágrima rodó por mi mejilla al recordar por qué me había ido, pero simplemente la sequé con furia y volteé hacia la puerta, dando mi mejor sonrisa de superioridad.
   Varias personas vitoreaban mi nombre, otras me miraban estupefactos y otras me abucheaban. Entre la multitud vi a Travis, una pequeña sonrisa en sus labios.

   «Lo mejor que sabes hacer _____, hazlo ahora» pensé y efectivamente, fingí una sonrisa.

Good girls are bad girls [Done]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora