[Capítulo 33]

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   Ya eran las 8 pm. Me había vuelto a bañar y cambiar. Sólo a Mare le conté lo sucedido con Lexi, no tenía ganas de echar penas.
   Adam había llamado hacía media hora e informo sobre una pelea. Mare me siguió hasta el viejo edificio, pero no entró conmigo. Al llegar, del otro lado de la habitación vi a una chica castaña, con el cabello a la altura de los hombros, estaba bien físicamente. No lo dudé, me coloqué las cintas de boxeo en las manos y fui al centro de la habitación.
   Ella golpeó primero. El golpe fue dirigido a mi cara, pero lo esquivé. Di un golpe que fue directo a su estómago, soltó el aire, pero no callo. Era fuerte. Solte una patada, dirigida a su cara. Esta vez sí cayó y de su nariz comenzó a fluir sangre. Había roto su tabique.
   Me lancé sobre ella, clavando nuevamente mi codo en su estómago. Trató de pegarme un puñetazo, pero fue muy débil, así que solo me dejaría un pequeño hematoma. Le di un puñetazo debajo de la mandíbula y se desmayó.
   Adam llegó lanzando el cuadro de tela rojo sobre ella. Tomé mi dinero y recorrí los oscuros pasillos en busca de la habitación por la cual entré. Al llegar abrí la ventana y salí al exterior. Mare estaba esperándome allí.

   —¿Vamos a tomar algo con los chicos? —preguntó Mare.

   —Ok, pero no menciones nada sobre esto —dije levantando mi blusa para así poder observar los hematomas que Lexi me había dejado. Mare negó y subimos a su auto para ir al departamento.

  —Hola —saludó Mare dejando su bolso sobre la mesa de la cocina.

   —Hola bebé —dijo Shepley llegando a su lado y plantando un beso en su mejilla.

   Hice una mueca y fui al living a sentarme. Miré el sofá de dos cuerpos e hice una mueca de asco. Me senté en el de un cuerpo y tomé el control, cambiando hasta encontrar una película. Shepley y Mare llegaron después con los vasos tequileros y una botella.

   —_____ —dijo Mare pasándome un vaso. Lo acepté y estaba por tomármelo cuando se abrió la puerta de la casa.

   Travis venía agarrado de la cintura de una chica... Ella era una de las que me habían golpeado junto a Lexi. Rápidamente terminé de tomarme el vaso, me encogí en el asiento, tomando fuertemente los reposabrazos y mordí mi labio inferior, hasta sentir el gusto metálico de la sangre.

   —¿Viniste a hacerte la mosquita muerta aquí, Smith? —preguntó la chica acercándose. Una lágrima, por supuesto falsa, rodó por mi mejilla— Mírate, solo eres una chica idiota...

   —Megan ¡ya cállate! —gritó Travis con el ceño fruncido.

   —Te salvas porque Maddox está aquí —dijo dándose la vuelta para irse—. La próxima no tendrás tanta suerte Smith, así que ten cuidado.

   Cuando ella salió, me levanté y le susurré a Mare en el oído:

   —Que Travis no salga de la casa por nada. —Ella asintió y corrí hasta llegar a la puerta. Bajé las escaleras de dos en dos y encontré a Megan, que estaba por subir a su auto— Ven aquí, zorra. ¿Crees que te tengo miedo? —Ella arrojó su bolso arriba del auto y sonrió mostrando sus blancos dientes.

   —A ver de que eres capaz, Smith.

   Ella se abalanzó sobre mí, pero me moví en el momento justo, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera. Me subí encima y le di un puñetazo en el ojo, haciendo que pronto se vuelva morado.

   —¿Ahora quien ríe, idiota? —dije tirándole el cabello.

   Ella lloraba como una condenada. Me dio lástima, entonces salí de encima de su cuerpo y aún sosteniéndola del cabello la guíe a su auto.

   —Ahora quiero que te vayas. Si vuelves a molestarme juro que tu preciosa dentadura quedará afuera de tu boca. —Ella asintió y arranco el auto, saliendo de allí.

Good girls are bad girls [Done]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora