[Capítulo 50]

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[¡Atención! Último capítulo]

   —Baje por aquí, señorita —dijo con un falso tono de respeto.

   —Gracias señor, tenerlo a mi lado es de las mejores cosas que han pasado en mi vida —contesté con sarcasmo, siguiéndole el juego.

   —Me halaga. Por favor, sígame por aquí. —Señaló una escaleras y me encogí de hombros.

   —Gracias, aunque ya se el camino.

   Subí lento, muy lento. Aún no lograba comprender por qué Ian había desconfiado tanto en mi como para mandar a West a buscarme. ¿No le bastaba con ver mi pésimo estado de salud, también enviaba a la mafia para que al fin me muera de un ataque cardíaco? No, no. Esa vez me iba a escuchar, o mejor, me iba a sentir.

   —¡_____! —gritó Ian cuando abrió la puerta.

   Crucé el umbral, ignorando completamente sus brazos abiertos y me planté en medio de la sala.

   —¡Eres un idiota!

   —¿Qué he hecho? —preguntó él confundido, hasta algo nervioso.

   —Claro, que no has hecho. —Solté sarcástica. Últimamente, el sarcasmo formaba parte de mí— ¿¡Cómo se te ocurre enviar a West!? ¡Al hijo de Arquímedes, el jefe de la mafia! ¿¡Quiéres que tenga un ataque cardíaco!? ¡Claro! ¡Enviemos a la mafia a buscar a _____ luego de haber estado internada por un pico de presión, así se muere de una vez!

   Mi cabeza comenzaba a doler. Me senté, intentando calmarme.

   —Lo siento, _____. Lo había olvidado completamente. —Ian se acercó a mí y tomó mi rostro entre sus manos, sus ojos estaban cristalizados. Mi corazón se retorció al verlo así— Sabes que te quiero mucho, nunca haría algo para lastimarte. Papá y tú son lo único que me queda. —Él sollozó— Perdón, en serio. Ojalá nunca te suceda nada. —Me regaló un gran y reconfortante abrazo.

   Lo recibí, no importaba cuan enojada estaba. Quería estar bien, al menos por un rato. Necesitaba ser feliz. Sabía que él me quería, nunca podría hacerme daño, al menos, no intencionalmente.

   —Claro que te perdono, idiota —dije y él sonrió feliz.

   —_____, ¿Estás bien? —Su voz, su hermosa voz.

   Ya no lo podía resistir, las lágrimas comenzaron a caer y corrí a abrazarlo.

   —Te odio Trav, te odio por todo lo que me has hecho. —Me alejé un poco y lo miré— Pero te amo. Amo tus celos cuando un chico me ve al pasar. Amo cuando sonríes con suficiencia al acabar una pelea. Amo cuando me tomas de la cintura al besarme. Amo cuando te hablo y me miras a los ojos, atento a todo, aunque lo que diga no sea importante. Amo cuando duermes y estás relajado, con una sonrisa adornando tu rostro. Amo cuando te enojas y tu rostro se torna rojo. —Él rió— Amo verte feliz y se me parte el corazón cuando estás triste. Amo todo de ti.

   —Te amo _____, te amo y te extraño tanto. Lo siento, en serio, lo siento por todo lo que te hice. Me odio todas las mañanas por haberte alejado de mi lado por un motivo tan idiota, porque yo te amo. Amo la manera en que tus ojos brillan al escuchar la palabra "pelea". Amo la manera en que tarareas cuando cocinas. Amo como tus labios encajan perfectamente con los míos. Amo verte despertar. Amo que al reír tapes tu preciosa boca, como si tu sonrisa fuera fea, aunque para es lo más hermoso del universo. Amo cuando al pasar tu cabello desprende ese riquísimo olor a chocolate. Amo cuando no entendiendes algo y muerdes tus labios, aún sin saber que así te vez simplemente sexy al hacerlo. Amo cuando entre cierras los ojos al estar enojada. Amo cuando acaricias mi cabello, porque soy tuyo y me tienes absolutamente entre tus manos. Amo cuando me sonríes cómplice antes de hacer una apuesta y guiñas un ojo sin darte cuenta de que te vez hermosa haciéndolo, porque toda tú eres hermosa, y te amo así como eres... Mi chica mala.

   Lo besé, lo besé luego de todo este tiempo y Dios, como necesitaba sus labios sobre los míos de nuevo. Ese cálido beso, demostrándonos amor, ese amor que creía perdido, muerto, pero... Aún estaba allí, y esperaba que nunca se acabara...

Fin.

Good girls are bad girls [Done]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora