[Capítulo 46]

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   Abrí muy grandes los ojos. Siempre había estado bien de salud.

   —Los dejo solos así pueden charlar.

   Ian me miró a los ojos un momento y luego, lentamente y con mucho cuidado, se acercó a darme un reconfortante abrazo.

   —Tengo miedo —dijo él suspirando—. Tengo miedo, _____. Nunca te vi tan... Frágil. Siempre fuiste esa niña fuerte que aunque se cayera de un árbol —reí ante el recuerdo—, nunca lloraba. Que por más golpes que se daba, siempre estaba bien.

   Ya no pude contenerme y lloré. Lloré como estoy segura y nunca lo había hecho en mi vida. No puedo soportar todo esto.

   —Ian —susurré lo más bajo que pude—. Quiero ir a casa...

   Una fuerte discusión al otro lado de la puerta logró separarnos, luego un golpe, y de pronto, Travis estaba frente a mí. Al verme su rostro parecía un poema. Sus ojos estaban cristalizados y corrió a mi lado.
   Tomó mi mano, con mucho cuidado, y luego comenzó una serie de suaves caricias en ella.

   —_____. —Unas lágrimas caían de sus ojos. Mi corazón se estrujó al verlo así— Dime, ¿Estás bien?

   Solo asentí. El suspiró y depositó un beso en mi frente.

   —Te prometo que te cuidaré no importa que hora del día sea, lo prometo _____. No volveré a dejarte sola.

   Mi corazón se estrujó nuevamente. Esto me dolería más a mi que a él.

   —Travis... —Él puso un dedo sobre mis labios, callándome.

   —Por favor, no hables... —Negué.

   —Lo siento, Trav, pero esta será la última vez que nos veremos. —Sentía como las lágrimas corrían y corrían— No puedo seguir aquí. Yo... Yo prefiero... Yo quiero volver a mi hogar. No estoy bien, creo que esto lo comprueba. —Me señalé a mí misma y reí sin gracia— Lo siento...

   —No. —Él negó reiteradas veces— No, _____, no. No puedes irte ahora. Eres mi mundo. que todo, todo lo que hago está mal. que te herí demasiado pero no puedo estar sin ti, _____. Eres la única que me entiende, —las lágrimas seguían corriendo— eres la única a quien verdaderamente he llegado a amar. Por favor, no te vayas. No me dejes. Te lo suplico.

   Ian miraba la escena confundido, Trav me miraba esperanzado y yo... Yo no podía hablar. No sabía que decir. ¿Qué podría hacer? ¿Quedarme o irme? ¿Seguir con Travis, quien rompió mi corazón en mil pedazos, aunque aún lo ame? ¿O volver a casa? Estar con mi padre, mi hermano, mis amigos...

   —Disculpen. —El doctor entró en la habitación— El horario de visitas ha concluido.

   Travis me dio una última significativa mirada y se alejó de mi campo visual. Ian suspiró confuso, me sonrió y plantó un beso en mi coronilla.

   —Tienes muchas cosas que explicarme. —Rió sin gracia y se despidió con un pequeño "Hasta luego" que apenas logré oír.

   Suspiré. ¿Acaso no podía dejar de llorar? Era demasiado. Muchas cosas simultáneas.

   —Señorita Smith, debe descansar. Por la tarde podrá irse. —Asiento con una pequeña sonrisa.

   —Antes de irse —digo cuando está por dar un paso fuera de la habitación—. Podría decirle a esas dos personas que entraron que no pueden quedarse.

   Si debo hacer las cosas, las haré bien.

   —¿Tuvo algún problema con ellos? Podemos llamar a seguridad...

   —No, no es eso. —Niego rápidamente— No quiero que estén aquí porque deben comer algo, asearse. Además, no quiero asustarlos. —El hombre asiente y al fin sale de la habitación.

   Voy a comenzar de nuevo.

Good girls are bad girls [Done]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora