Good girls are bad girls [Done]

[Capítulo 44]

   —¡¡¡_____!!! —gritó él de la misma manera y nos fundimos en un fuerte abrazo.

   Lo extrañaba más de lo que había creído posible, y eso era demasiado.

   —No sabes cuanto te extrañé. —Las lágrimas comenzaron a correr de mis ojos, cosa realmente extraña. No suelo mostrar mis sentimientos, pero con él... Era simplemente diferente. Único.

   —Yo también te extrañé. Tanto, que no te das una idea, pequeña —dijo y volvió a abrazarme.

   Nada era más reconfortante que estar en sus brazos nuevamente, dejándome conforme tan sólo con su simple presencia, ¿Qué más podría yo pedir?

   Point Of View Travis:

   «Todo esto es una verdadera mierda» pensé mientras bebía otra botella. La noche había caído y extrañamente me encontraba solo en el departamento, ya que Shepley no sabía donde se había metido.

   —Same bed but it feels just a little bit bigger now —canté. Debía estar muy mal, pero en ese momento era la única canción que representa lo que realmente sentía. Una opresión en mi pecho se extendía poco a poco por todo mi cuerpo—. Our song on the radio but it don't sound the same.

   Le di otro sorbo a mi botella y al acabarla la arrojé al suelo.
   Con mis manos oculté mi rostro y lloré entre ellas. Por frustración, por tristeza. La necesito. La necesito más de lo que mi orgullo y mi ego en algún momento me permitieron admitir. Siento que cada vez que la veo me ahogo con las palabras que no puedo pronunciar, o que ella no quiere escuchar.
   Soy un idiota, lo sé. Deje ir a la que probablemente sea la mujer más maravillosa del mundo, y no puedo recuperarla.
   Frustrado, dolido, triste. Tantas emociones encontradas y tantas sin encontrar.
   Caminé hacia la cocina, dispuesto a traer otra botella cuando la vi. Nuestra foto.

   —¡Vamos, Trav! —dijo ella tirando un poco de mi brazo, con una gran sonrisa que poco después fue imitada por mi rostro.

   Nos encontrábamos en un shopping. Habíamos acabado de jugar al hockey de mesa, un poco enfadados por el empate 5-5. _____ corría buscando un nuevo juego mientras yo la seguía desde atrás, con una sonrisa estúpida.
   ¿Quién lo diría? Travis Maddox persiguiendo a una chica y su objetivo final no era solo un polvo de una noche.
   _____ se detuvo frente a una cabina de fotos, observando una pareja de ancianos que se tomaban fotos en ella. Nos imaginé a nosotros ahí, juntos. Algo tonto, pero no imposible. La amo demasiado.
   Ella se volteó con una sonrisa y con sus brazos rodeó mi cuello.

   —¿Lo imaginas? Tu y yo, juntos para siempre —suspiró, y me miró con sus hermosos ojos verdes— Lo siento. —Se apartó— Son muchas historias para tan poco tiempo.

   —Te equivocas —la corregí y tomé su cintura entre mis brazos—, es mucho tiempo para tan pocas historias.

   Sonreí y ella a mí. Nos besamos, lento, sin prisas, demostrándonos amor.
   Tomé su mano y nos adentramos en la cabina.
   Sonreímos y ella puso sus dedos detrás de mi cabeza. Flash. Cruzamos los ojos y sacamos la lengua. Se veía adorable. Flash. Volteé a verla y ella a mí. Nos sonreímos mutuamente. Flash.

   —Te amo —dije y la besé.

   Flash.

   Más lágrimas amenazaban con salir. «Estúpido, estúpido, estúpido».
   _____, la chica más hermosa, más cariñosa, más tierna y la que mejor me comprendía en el mundo se había ido. Por mi culpa.
   La rabia hacia mi mismo se acumulaba y sólo enloquecí.
   Saqué todas las botellas, y las arrojé al suelo. Miles de fragmentos se esparcían por él, pero nada importaba.
   Un trago. Otra botella rota.
   Ya no había más alcohol y me sentía devastado. Como pude, con un gran dolor en mi cabeza, caminé hacia mi habitación y me arrojé en la cama, en posición fetal.
   Los recuerdos de ese día azotaban mi mente, uno tras otro, como autos en una carrera.
   No lo podría soportar más tiempo, la necesito. Yo la amo, ella me ama. Yo lo sé. Volveré con ella, cueste lo que cueste.