Good girls are bad girls [Done]

[Epílogo]

   El viento sopla suavemente, las flores se mueven en un suave baile, salpicado por aquí y por allá con diferentes colores, hermosos sin duda. Los rayos de luz filtrados a través de las hojas crean sombras extrañas, que dan un aire de paisaje infantil. El cielo está despejado, a lo lejos se oye la cascada, salpicando su cristalina agua roca con roca.
   Suspira con felicidad.

   ¿Qué más puede pedir?

   Voltea la cabeza y Travis la mira sonriente, plantando un pequeño beso en su nariz.
   El amor que sienten el uno por el otro se respira en el aire.

   Su pecho late desbocado cada vez que él esta cerca.
   Sus ojos se iluminan cada vez que ella esta cerca.
   Cada paso que dan lo hacen con seguridad de que el otro estará allí para acompañarlo.

   Se aman, no lo dudan.

   Él la abraza de la cintura, ella sonríe feliz y sonrojada.
   Ella le da un pequeño beso en el cuello, él se ríe feliz.

   Se plantea una y otra vez si lo que hará esta bien. ¿Cómo lo tomará ella? ¿Qué dirá? Los nervios comienzan a jugarle una mala pasada.
   Ella lo nota, le sonríe, deja una suave caricia en su rostro y con voz suave le dice "Tranquilo, todo está bien".
   Él sonríe, sin ninguna duda obstruyendo sus pensamientos.
   La ayuda a levantarse, la besa en la frente y luego se arrodilla.
   Ella está feliz, muy feliz. Sus manos viajan hacia su boca, evitando que los sollozos de felicidad escapen de ella.

   —_____, eres la mejor persona que pude encontrar en mi vida. Con sólo mirarme sabes lo que me ocurre, incluso antes de poder abrir la boca. Me acompañas en cada paso que de, y me consuelas si ha sido una decisión errada. Quiero despertar todas las mañanas a tu lado y poder llamarte con orgullo mi esposa. —Saca de su bolsillo una pequeña cajita de terciopelo azul, el mismo color del vestido que ella tenía cuando se conocieron y lo abre, dejando a la vista un precioso anillo de oro blanco— _____ Smith, ¿Me harías el honor de ser _____ Smith de Maddox, mi chica mala?

   Ella asiente, sin palabras, aún sin poder creerlo del todo. Se abalanza sobre él y en menos de un segundo se convierten en un manojo de besos, caricias y llantos.
   Así, se vuelven uno solo, pactando su acto de amor.