[Capítulo 48]

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[¡Atención! Últimos capítulos]

   Point Of View Travis:

   Estaba en el departamento de Ian, el hermano de _____. Pensándolo así, se parecían demasiado. El mismo cabello negro, los mismos ojos verdes.
   La situación me incomodaba un poco demasiado, pues hacía menos de cuatro meses yo había humillado a _____ y de la peor manera posible.
   Un fuerte nudo se formó en mi garganta al pensar que yo podía ser uno de los causantes de su estado.

   —Travis Maddox —dijo Ian con voz gruesa a mis espaldas—. Diecinueve años, cinco hermanos en total, estudias en Morgan y sólo tienes de familiar a tu padre, además de tus ya nombrados hermanos.

   ¿Cómo demonios sabía todo eso?

   —¿Qué? —dije sin poder creermelo.

   —Escucha, Maddox. —Me apuntó con un dedo. En este momento estaba maldiciendo su altura superior a la mía— _____ antes de desmayarse dijo "Primero Travis, luego mamá". Si llego a saber que le hiciste soltar solo una lágrima, mueres.

   Asentí. Soy Travis Maddox, nunca había perdido pero... No quería pelear con él, y si lo hacíamos, merecía una golpiza por idiota.

   —Voy a buscarla, te quedas aquí y no te mueves. —Asentía.

   Ian salió disparado hacia su auto y yo sólo me dejé caer en un cómodo sofá verde. Miré alrededor. La televisión estaba encendida, un canal de noticias anunciaba un choque.
   Desvié mi atención hacia un cuadro que estaba sobre una repisa. Una niña, un niño y un boxeador estaban en él. Al verlo más de cerca eran _____, con Ian y... Ese es Max Smith, seis veces campeón de peso pesado. ¿Será...? No, no puede ser. ¿O si?

   —¡_____ no está en el hospital!

   —¿¡Qué!? Con un demonio, ¿¡Dónde está!? —Si hubiera tenido una botella cerca en ese momento, seguramente estaría hecha trizas.

   —¿Crees que si supiera estaría aquí? —preguntó sarcástico y se alejó de mí unos pasos.

   Ian marcó algo en su móvil y lo colocó en su oído. No logré oír qué decía, pero se veía desesperado.
   Escuchaba atentamente, realmente parecía desesperado y algo... ¿Triste? Hasta podría decir que había muerto alguien.
   Suspiró más calmado y llevó su mano hacia su pecho. No entendía absolutamente nada. Casi podía sentir un enorme signo de interrogación sobre mi cabeza. Ian me miró un segundo y luego sus ojos se ensancharon.

   —_____ no te atrevas a cortar porque...

   Ni siquiera intenté escuchar más de eso, y sólo me acerqué a él con grandes zancadas.

   —¿Es ella? —pregunté esperando que la respuesta fuera un único y claro "Sí".

   —Sí, es ella.

   —¿Me permites...? —señalé el móvil. Él me observó un segundo y presionó un botón.

   —Claro, ten —suspiró Ian desganado. El altavoz estaba colocado.

   —¿_____? —pregunté en un susurro muy débil. Sentía un gran nudo en mi garganta.

   —Aja —dijo tenue. Mi corazón latió desbocadamente al oír su voz. Tan dulce, tan suave.

   —Por favor, dime. ¿Dónde estás? Necesito hablar contigo, por favor...

   —Lo siento, Trav —dijo insegura, hasta podría decir que algo tímida—. Estos días simplemente voy a pensar en todo lo ocurrido y, cuando este mejor nos veremos, lo prometo.

   —Pero, ¿Cuánto será eso? —Sentí mis ojos arder— Por favor, _____, te necesito. Mi mundo no esta completo si no estas tu a mi lado... —tragó sonoramente. Mierda. No llores preciosa, nunca debes llorar. Menos por una basura como yo que lo único que supo fue quitarte lo más preciado que tenías por un estúpido secreto.

   —Lo siento, Travis. Hablaremos alguno de estos días. —"Alguno de estos días". Pequeñas lágrimas resbalaron de mis mejillas al saber que podían ser tanto dos días, como una semana, o incluso, un año— Ah, y ya que estás con mi hermano, ¿Por qué no le cuentas lo que hiciste hace tres meses atrás? Se que él te amará. —Un golpe muy bajo, pero eso no me molestó realmente. Me lo merecía. Me lo merecía por ser tan idiota.

   —¿Tu hiciste qué, Travis? —dijo Ian con voz profunda y cortó la llamada.

   —Eh... Este... —Rasqué mi nuca. ¿Cómo podría explicarle que le quité la virginidad la su hermana menor sin ser castrado en el intento?

   —Sigo esperando. —Parecía que en cualquier momento saldría humo de sus orejas.

   —Te lo contaré todo, absolutamente todo, pero necesito que me escuches hasta el final...

Good girls are bad girls [Done]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora