Épocas adelantada 2 [Anne with an e]

Temp 2 Capítulo 1 (Página 1)

Estaba con Theo en el establo. Él estaba poniéndole la silla de montar a Hermes para poder montarlo y enseñarme a mí.

- ¿Preparada? – pregunto con ese acento francés tan mono.

- Si – respondí emocionada.

- ¿Tienes en cuenta que se te verán las rodillas?

- No si llevo pantalones -dije ingeniosa.

- No sé si te miraran peor por llevar pantalones o por que se te vean las rodillas.

- Que miren lo que quieran, que para lo que me sirve.

Theo empezó a explicarme como tratar al caballo mientras estaba encima y como debía subirme en él.

- ¿Lo has entendido?

- Creo que sí.

- Bueno, pues haya vamos – dijo dando a entender que por fin me subiría.

Después de varios intentos y tropecientas caídas conseguí colocarme bien.

- Ahora lo que voy a hacer es coger a Hermes de la rienda e ir dando una vuelta – explico.

- ¿Y yo que hago?

- No caerte.

- Lo intentare.

- Me vale.

Dimos algunas vueltas a la casa y practicamos lo de subir a la silla y bajarnos de ella sin caernos de cara. No se me daba tan mal.

- Bueno, me tengo que ir, he quedado con Rosamunda, Kiyomi y Dariela.

- No me meteré en vuestros rollos raros. Adiós – se despidió.

Yo hice un gesto con la mano para indicar lo mismo. Camine hasta el club de historias, al parecer llegaba tarde por que ya estaban todas allí.

- Kiyomi, cuéntale esa magnífica noticia – dijo Anne incitando a su amiga.

- Mis padres van a hacer una fiesta de máscaras en casa. Estáis todas invitadas – informo Diana.

- ¡Que emocionante! – espete.

- Siii.

- Sera un evento de cuento – dijo Anne.

[...]

- Mamá – la llame.

- ¿Qué pasa hija?

- Los Barry van a hacer un baile de máscaras el 1 de diciembre.

- También me ha llegado la invitación – me dijo.

- Creo que coseré mi propio vestido. Sera emocionante el hecho de que vean mis diseños.

- Tienes razón, aunque no hagas nada que los haga escandalizar y nos echen del pueblo.

- Así le quitas lo divertido.

- Bueno yo ya te lo he dicho. ¿Le dirás algo al desaparecido?

- Si, hay que presumir, ¿no? – reí.

- A lo mejor puede venir.

- No podrá mamá, está en el barco. Ahora está en dirección Trinidad – le recordé.

- Ay hija, yo que se, eres tú la que habla con él.