EL CELOSO DE MI SUEGRO (+18)

Miradas que hielan

-Aquí no- le susurré apartándole la mano, pero ví como sonreía en la oscuridad y volvía a la carga, otra vez la mano por debajo de mi falda, cada vez más cerca de mi ropa interior.
No sabía qué hacer porque si seguía moviéndome y diciéndole que no, al final Leo se daría cuenta. Entonces sentí un golpe en el muslo que caía sobre la mano de Diego...
-Te ha dicho que no- era Leo, que se había enterado de lo que estaba sucediendo y le había agarrado la mano.
Me quedé helada, por una parte porque su padre le había pillado metiéndome mano y por otra porque no sólo la mano de Diego sino también la de Leo estaba prácticamente rozándome las bragas. Agradecí la oscuridad porque eso ocultaba mi cara más roja que un tomate pero por otra parte dicha oscuridad hacía que la situación fuese aún más incómoda e inquietante.
Sus manos se retiraron lentamente y la mano de Leo pasó literalmente por encima de mis bragas rozándome suavemente.
Pensé que obviamente él no quería tocarme así, era sólo que no veía bien por la falta de luz y le había pillado de paso al detener la mano de Diego en esa zona...
El resto de la película la pasamos en un silencio absoluto, a pesar de ello Leo no apartaba la mirada de mí en ningún momento y no hacía nada por disimularlo.
-Me odia, ahora sí que es seguro que me odia- decía una y otra vez la mini yo que tenía en mi mente.
Finalmente la película acabó y encendieron las luces de golpe, Leo seguía mirándome fijamente y yo me miraba hacia los pies dirigiéndole veloces miradas fugaces para ver si seguía observándome.
No apartó la mirada de mí hasta que Diego me cogió del brazo y me llevó hacia la salida, dándole así la espalda a Leo.