EL CELOSO DE MI SUEGRO (+18)

La camisa de Leo

-Podría prestarte ropa mientras te lavo la tuya y te duchas ya de paso.
La idea de desnudarme en su casa y encima ponerme su ropa impregnada de su olor me sonrojó y me puso nerviosa.
-Ay no hace falta, de verdad, muchas gracias pero no quiero aprovecharme.
-¿No confías en mí?- dijo sonriendo pícaramente, qué vergüenza.
-No, osea sí, confío en tí Leo, pero me sabe mal...
-Ahora te lo traigo todo, sígueme hasta el baño- me cogió de la muñeca pasándose por las pelotas todo lo que le había dicho.
-No tengo ropa a tu medida, pero esta camisa tan grande te servirá de vestido, cuando acabes tráeme tu ropa sucia, yo la lavaré.
Quería decirle que no era necesario, que me daba corte que me lavase la ropa, a pesar de ello como sabía que se iba a pasar por el forro lo que le dijese solo asentí y le dí las gracias.
Me dió una toalla limpia y su camisa.
Me cerré la puerta del baño y empecé a desnudarme, no podía dejar de pensar en que me estaba desnudando en la casa de Leo, que me iba a duchar desnuda en su cuarto de baño y que para finalizar me iba a poner su camisa.
Obviamente me quedé con mis bragas, no iba a dárselas para que las lavase y no iba a ir solo con su camisa encima.
Su ducha era de color negro y muy elegante.
Una vez acabé de secarme me puse la camisa de Leo, olía a él...
Me aseguré de que todo estuviese en orden y salí del baño con mi ropa sucia en los brazos.
Enseguida apareció Leo.
-Dame esa ropa- me la quitó de golpe. Hizo recuento de las prendas y me miró con una sonrisa maliciosa.
-¿No me das las bragas?