Narra Víctor:
Diego se puso la máscara y no sé porqué pero me pareció muy sexy, me encantaba ver su cara pero la máscara le daba un aire misterioso.
Empezó a desnudarse hasta quedarse en calzoncillos, su gran miembro empalmado empujaba la tela tratando de salir.
-Dime que deseas, haré tus fantasías realidad.
-Quiero que hagas todo lo que te venga en gana conmigo, no preguntes, haz lo que quieras.
-Me parece bien, pero prométeme que si te desagrada algo de lo que hago me pararás.
-Lo prometo.
-¿Qué es esto?- dijo sosteniendo el dilatador de uretra, no pude evitar sonrojarme, pensaba que él lo sabría.
-Pues, verás, eh... hay que usarlo con delicadeza... esto se lubrica bien y se introduce en... mi uretra.
Él se quedó bastante impactado, ví su cara de dolor imaginándose un palo entrando por ahí.
-¿Y qué función tiene eso?
-Impedirá que me corra hasta que tú quieras que me corra.
-Ah, bueno ¿no te da miedo usarlo?
-Si es contigo no.
-En ese caso estupendo- dijo sonriendo atrevidamente- siéntate y no te muevas.
Él agarró las cuerdas y me ató bien las manos, después se agachó y me ató bien los pies juntando mis tobillos.
-Estas velas... no son velas normales ¿verdad Víctor? Son velas de baja temperatura, para masaje.
-Sí.
-¿Y no pensabas decírmelo? ¿Querías ocultármelo? Eso merece un castigo.
Fue al armario y sacó una corbata con la que me cubrió los ojos, después me alzó en sus brazos y me tumbó en la cama.
Sólo escuchaba sus pisadas moviéndose lentamente por la habitación y me ponía nervioso al no ver nada, entonces sentí un chorro de cálida cera cayendo sobre mi pecho.
-¿Está bien la temperatura?
-Sí.
Siguió echando cera sobre mi abdomen y dejó la vela un momento para masajearme por todo mi torso, empezó a jugar con mis pezones al mismo tiempo.
-Ah~- al poco tiempo abrió mis piernas ¿iba a echarme cera en los genitales?
Al final la cera sólo cayó por los muslos, aunque muy cerca de mi pene, el líquido rodó sobre mis testículos.
Sus manos acariciaron mis muslos y ascendieron hasta mis partes íntimas.
Dí una profunda inspiración cuando empezó a acariciar mis testículos y mi pene con ambas manos.
-Ah~ Diego- mis caderas se movieron hacia sus manos en busca de un mayor roce.
-¿Tan ansioso estás? Te dije que estuvieses quieto, ahora tendré que darte unos azotes por avaricioso.
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EL CELOSO DE MI SUEGRO (+18)
RomanceYo era una universitaria con una vida normal y aburrida, virgen y poco fiestera ... Pero todo cambió cuando conocí al que sería mi novio y a su padre. Al principio pensaba que su padre me odiaba y no quería que estuviese cerca de su hijo, pero final...