EL CELOSO DE MI SUEGRO (+18)

Luces de verano

Narra Emma:

Yo ya no trabajaba en el bar, había acabado la carrera y ahora era profesora de niños pequeños. A pesar de ello seguía siendo amiga de mi jefa.
Le conté a mi ex jefa sobre que me iba a proponer a Leo y, aunque le extrañó que fuese yo y no él, se prestó a ayudarme.
Llenamos de bonitas luces la parte del bar que está sobre la arena de la playa, ella pondría música romántica y cuando fuese a proponerme al llegar el postre pondría la canción en la que me sacó Leo a bailar la primera vez. Más al fondo de la playa pusimos unas letras luminosas en las que ponía "¿Quieres casarte conmigo?", estas se iluminarían con un botón de un mando que pulsaría al arrodillarme ante él.
Le dije a Leo que quería invitarlo a cenar allí por una parte porque me apetecía tener un momento romántico y por otra por saludar a mi ex jefa, él aceptó sin cuestionarme.
-Estás muy guapa amor, bueno, como siempre.
-No digas tonterías, tú si que estás guapo.
Fuimos a saludar a mi ex jefa y fingimos que iba a ser una noche como cualquier otra.
-Me encantan las luces que has puesto, le dan un ambiente agradable.
-Gracias, fue idea de Emma.
Tampoco sospechó cuando "casualmente" las mesas estaban más decoradas y bonitas que de costumbre, pensó que formaba parte de la reforma (a parte de las luces).
Él no apartaba la mirada de mí, sonriéndome con sus preciosos ojos enamorados, me tranquilizaba sentir que él me correspondía en el sentimiento.
Tal y como planeé trajeron el postre y empezó a sonar nuestra canción, él lo notó y enseguida me dirigió una gran sonrisa.
-Mira Emma, es nuestra canción.
Yo me levanté en silencio ante su mirada curiosa y extrañada y me arrodillé ante él agarrando su mano entre las mías.
-Leo, pondría la mano en el fuego mil veces afirmando que eres el amor de mi vida, no me imagino una vida sin tí a mi lado. Quiero pasar todos los momentos que me queden hasta la muerte a tu lado, porque tú me haces la mujer más feliz del mundo.
Deseo expresar todo el amor que siento hacia tí, pero nunca encontraré el modo de expresar tantas emociones. Por todo ello déjame demostrar lo locamente enamorada que estoy de tí haciéndote una pregunta...- saqué el anillo y encendí las letras luminosas a mi espalda- ¿Quieres casarte conmigo?