EL CELOSO DE MI SUEGRO (+18)

La boda

Narra la autora:

Entre los cuatro enamorados organizaron una pequeña pero hermosa boda en la playa.
Hicieron un paseo hasta el altar con conchas y flores, pusieron unas pocas sillas blancas y un arco con telas blancas y más flores en el altar.
La boda sería al atardecer así que pusieron farolillos y altas lámparas de aspecto vintage para iluminar.
Contrataron a uno que tenía licencia para casar.
Como los tres chicos iban a ir en esmoquin, Emma en vez de un vestido al estilo princesa Disney, cosa que también habría estado bien, se puso también un bonito esmoquin de color blanco.
Emma había llamado a sus padres informándoles de la noticia, ellos eran personas muy atareadas y casi nunca tenían tiempo para verla, a pesar de ello tenía esperanzas de que al menos fuesen a su boda, pero al final no aparecieron.
Puede que otra persona se hubiese puesto a llorar, pero Emma ya estaba acostumbrada y aunque le decepcionó un poco no iba a permitir que arruinasen aquel día, a ella le sobraba y le bastaba con tener a Leo.
Los padres de Víctor hacía tiempo que habían muerto.
Y ya sabéis como eran los padres de Leo.
Así que los invitados fueron básicamente los amigos más cercanos.
Pusieron un equipo de música en una esquina para poner la música del camino hacia el altar.
Los cuatro estaban felices, nerviosos y muy enamorados.
La ceremonia empezó, decidieron que Leo y Víctor se quedarían en el altar, mientras que Emma y Diego harían el paseo llevando dos preciosos ramos con flores blancas y rojas al mismo tiempo que la música sonaba y el público aplaudía y silbaba.
Tras un largo discurso del que los casaba, que para ellos pasó muy rápido ya que pasaron el tiempo mirando a los ojos de sus parejas, sonó el podéis besaros.
Emma se lanzó a los brazos de Leo besándole apasionadamente, mientras que Diego y Víctor se besaron románticamente agarrándose de las caras.
-¡Que vivan los novios!
Emma y Diego se pusieron de espaldas y lanzaron el ramo a sus espaldas, uno cayó en manos de la ex jefa de Emma y otro en manos de una empleada de Víctor. Ellas aún no lo sabían, pero las próximas en casarse serían ellas dos, la una con la otra.