Capítulo 24

574 51 0
                                    

-Mierda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Mierda.- murmuró tapándose los ojos con la mano.- Apaguen la luz.

El rayo de luz que entraba por la ventana daba directamente a su cara, queriendo dar la vuelta contraria a la luz, siente un peso tanto en su pecho como estómago, medio abrió los ojos y ve a Frey profundamente dormido con su cabeza en el pecho y el brazo en el estómago de Arlette.

Los recuerdos del día anterior vienen a su mente como si de una película se tratara, siente como me va sonrojando estaba segura que estaba como tomate. Por supuesto que no se arrepentía de lo que paso, sólo que se sentía raro y extraño para ella despertar en esa forma, pero si es a lado del pelinegro dormido, por ella no hay problema de despertar más seguido así.

-Frey...- comenzó hacerle mimos para que despertará.

-Mhmm...- mala idea, más se acomodó para seguir durmiendo.

-Frey, despierta.

-Es muy temprano.- murmuró adormilado. La verdad ni siquiera sabía que horas eran, no tenía su teléfono ni se acuerdo donde lo dejó y el reloj de mesa que él tenía pues lo rompió.

-Pues si no hubieras roto el reloj, te diría la hora que es.- le comentó con burla.

-Pues yo no lo hubiera roto si no me hubieras dejado.- contraatacó el pelinegro.

Golpe bajo.

-Ya entendí tu punto.- rodó los ojos.- Pero ya enserio, ayer no cenamos y ahora tengo hambre.

-Bien.- se sentó refunfuñando.- Aunque no es necesario que comamos comida...- le sonrió ladino rozando su nariz con la de Arlette.

-Me tientas, me tientas.- le dio un beso casto en los labios.- Pero será para otro momento, liebe.

-Como digas.- se terminó de colocar el bóxer.- Iré a bañarme primero, le diré a Kaia que te preste ropa.- se encamino al baño.

-Frey...- la volteo a ver.- Quita ese mueble de la puerta primero, porque si a la tierra se le ocurre temblar no pienso tirarme de la ventana.- le dice ironía, claro que él no entendió el chiste pero lo hizo.

-¿Algo más que quieras?- pregunto.

-Ve a bañarte.- se acercó a darle un beso y luego entro al baño.

Arlette tenía una sonrisa de idiota en su rostro, eso lo podía apostar ella misma, no se imaginaba enamorarse nuevamente, y agradecía que Frey sea esa persona, ambos estaban jodidos y locos sí, pero ¿y que? 

Como dijo el sombrerero, "Las mejores personas lo están." 

Sus pensamientos y ensoñación se vio interrumpida cuando abren de la nada la puerta de la habitación, la castaña se cubría rápidamente con las sábanas y al ver quien era le dan ganas de tirarle el zapato.

-Freya.- reprocho la castaña.

-Parece que mi intuición todavía no me falla.- la miró con burla.

-Cierra la puerta, idiota.- le ordenó Arlette.- Estoy sin ropa...

NUESTRO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora