-¿Qué dije que?- cuestiona sonrojada.
-Que estabas enamorada de mi.- le responde con simpleza.
-Hay no...- se tapa con la cobija hasta la cabeza.- Yo me encargo de pagar lo del carro... pero lo otro...
-¿Es mentira?
Arlette suspiro profundamente, en parte estaba confundida respecto a los sentimientos que tenía hacia Frey; recuerda perfectamente aquellas palabras que dijo sobre la lápida de Nicolás y la forma tan segura que lo había dicho... ahora dudaba que tan cierto era eso de que no se iba a enamorar.
-Amm...- se destapa viendo que Frey la miraba penetrante.- Joder, no me mires así. Es sólo que... no me acuerdo mucho de anoche y la cabeza me explota y...
-Esta bien.- asiente viendo a otro lado.- Le diré a mamá que te de algo para el dolor de cabeza.
-Debemos ir a desayunar primero.- le dice y él asintió.
Arlette se levantó entrando al baño y se cepillo los dientes con los dedos a falta de cepillo, sale y Frey entra al baño mientras ella espera que termine de lavarse.
Antes de salir de la habitación, Frey entrelaza sus manos con las de Arlette, algo que ella no se opuso, bajaron las escaleras y van hasta la cocina donde se encuentra Mila y Valter preparando el desayuno, y Kaia con la cabeza en la mesa.
-Buenos días.- dice Arlette apenada.
-Buenos días linda.- saluda Mila.- ¿Cómo amaneciste?
-Bien, sólo dolor de cabeza.- dice sentándose a la par de Kaia.- ¿Y tú?
-Siento que mi cabeza explota.- murmura Kaia.- Ya no vuelvo a tomar.
-Parece que se divirtieron.- comenta Valter.- Mila dijo que ambas veían demasiadas borrachas, tuvo que bañarlas.
Arlette miró a Mila con los ojos abiertos, ella había visto su cuerpo, por lo que por lógica notó sus cicatrices. La rubia notó la mirada preocupada de Arlette, por lo que se acercó dejando un plato con comida enfrente de ella.
-Come algo...- le dice con una sonrisa y ella asiente.
-Vaya, aquí está la responsable del vómito en mi carro.- entra Heist viendo a Arlette.
-Heist no empieces.- le regaña Valter.
-Hazle caso a papá, me duele la cabeza como para escuchar tus sermones.- dice Kaia mirándolo.
-Tú no te salvas, el sillón de atrás está lleno de saliva.- le señala.
-Deja a las chicas Heist, luego arreglamos ese tema.- agrega Mila.- Mejor desayuna.
Todos se sentaron en la mesa a desayunar, Arlette apenas podía mantener el desayuno en su estómago y el dolor de cabeza tampoco le ayudaba, la ansiedad de que Mila haya visto sus cicatrices no la dejaba tranquila, menos el haberle dicho a Frey que estaba enamorada de él.
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NUESTRO SECRETO
Hayran KurguArlette Torricelli, una chica hermosa con una sonrisa angelical, con ese par de ojos peculiares grises y una carita inocente, ocultaria un secreto y un pasado que la atormenta desde que era una pequeña niña. Frey Stein es un chico callado, reservad...