Capítulo 20

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Frey estaba viendo por la ventana y notó que de la casa de a lado salía Arlette junto a Damián subiéndose a un auto negro. A pesar que tuviera el cabello desordenado y con una sudadera que le quedaba grande, para Frey se miraba completamente hermosa.

Vio el auto desaparecer por la calle, el pelinegro suspiro pesadamente, ya que le hubiera gustado ir abrazarla, besarla y nunca soltarla, pero que era lo que me impidia.

Mila Stein.

Habían pasado 2 dias desde que ella le exigió que se alejara pero símplemente no podía, era como una droga que llevaba tiempo sin consumir y ahora estaba en abstinencia. Frey necesitaba tenerla con ella ahora mismo, las voces en su cabeza regresaron peor que antes, los ataques son mas seguidos y mas fuertes.

La mayor parte del tiempo estaba sedado, por que ha sido mas difícil que se controle, Mayne aumento la dosis de calmantes para que pueda dormir, pero aún así sentia que no surgiera algun efecto.

Solo quiero verla.

No entendía que fue lo que paso, como fue que de un día para otro toda cambiará. Freya le dijo que le diera tiempo y su espacio, pero ellos no entendían que ella era todo lo que quería para hacerme olvidar de lo jodido que estoy.

Tal vez ya sepa que eres un monstruo.

¡No! Ella no podia enterarse, si no la perdería para siempre a mi pequeña estrella.

Se terminara por ir.

-Cállate.

Aceptalo Frey, se ira por que no quiere a un monstruo.

-Cállate.

Comenzo a respirar agitadamente y las estúpidas voces seguian sonando en su cabeza.

Eres patético.

-¡Cállate!

Solo acepta que eres un monstruo, mirate quien quisiera tener a un inestable en su vida.

-¡Si soy un monstruo! ¡Eso querias escuchar, bien lo acepto!

Escuchó como entraban a la habitación e intentaban tranquilizarlo pero no escuchaba nada solo esas voces en su cabeza que repetían lo mismo, una y otra vez.

-Frey, cariño...- reconoció la voz de su mamá.

Estarías mejor muerto.

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