Capítulo 32

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-Joder, nos dieron un susto.- se queja la pelinegra mientras conducía.- Hubieras al menos avisado de que la ibas a sacar.

-No fue para tanto.- le resta importancia y Freya mira con incredulidad.- Sólo nos alejamos ocho horas.

-Iba manchada de sangre...

-De animal.- interrumpe Arlette con simpleza, pero Freya sabía que no habia sido exactamente de un animal.- No era una persona, un gracias hubiera bastado y no reclamos por tú parte.

-Pues gracias, ¿feliz?- inquiere con una sonrisa falsa.

-Mucho.- la mira de la misma forma.

A la mañana siguiente, Freya llegó a la casa de la castaña tocando escandalosamente, Arlette estaba a nada de meterle un puñetazo por ir a despertarla a las seis de la mañana, apenas había dormido una hora, pero fue interrumpido cuando vió que su mejor amiga empezaba a sacarle ropa del armario y la mandaba a bañarse.

Aunque la castaña se negaba hasta que no le dijera que pasaba, tuvo que hacerlo finalmente a regañadientes por parte de la pelinegra; al estar preparado salieron de la casa sin darles explicaciones a ninguno de los chicos que se tuvieron que levantar confundidos. Ahora mismo iban en auto, por la carretera a un destino incierto para Arlette.

-¿A donde vamos Freya?- cuestiona por enésima vez la castaña.

-Ya te dije que, no comas ansias.- le responde la pelinegra.- Haremos dos paradas, solo eso te diré.

Arlette suspiro pesadamente notando que se estaban alejando de gran manera del pueblo, pero no podía hacer nada, al menos que se tirada del auto en movimiento. De un rato para otro se quedó dormida en el asiento del copiloto, quería recuperar un poco las energías y en parte, evitar matar a Freya por ser tan misteriosa.

-Llegamos...- dice la pelinegra después de unas horas después.- Levántate perezosa.

Arlette sintió como era movida de un lado a otros, bostezo frotándose las manos en los ojos para despertar del todo, al estar adormilada no se había dado cuenta de donde estaban pero sabía que eran entre las cinco o seis de la tarde. Se recompuso en el asiento y hasta allí supo donde estaban, habían llegado a Asfil y eso le provocó un nudo en la garganta.

-¿Qué... qué hacemos aquí?- inquiere con la voz entrecortada.

-Escucha, antes que reclames...

-¿Qué hacemos aquí Freya?- la interrumpe viéndola con molestia y esta suspira.

-Recuerdas que te dije que era hora de cerrar esa etapa ¿no?- la mira dulcemente.- Para eso estamos aquí, es una parada antes de ir a otro sitio, que ese no tiene nada de malo, o bueno eso quiero creer.

-No puedo.- niega levemente sintiendo sus ojos aguadar.

-Claro que puedes, Arly es hora que te despidas como es debido.- la toma de la mano para que la viera.- No te voy a obligar, si no quieres está bien y te llevaré...

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