Arlette Torricelli, una chica hermosa con una sonrisa angelical, con ese par de ojos peculiares grises y una carita inocente, ocultaria un secreto y un pasado que la atormenta desde que era una pequeña niña.
Frey Stein es un chico callado, reservad...
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-¿Qué?- cuestiona el hombre confundido.
-Dijo, "se esta quemando la casa".- dice con burla Arlette.- ¿Qué es lo que veo? ¿Miedo? ¿Acaso Adrien Cash tiene miedo?
-¡Cállate maldita!
Ni ese grito hizo que Arlette se le borrara la sonrisa en su rostro, a pesar que estuviera del otro lado de la casa, se escuchaba el caos y los gritos de los demás. Luego de eso se escuchó un disparo seguido por otro y así sucesivamente, el escolta sacó su arma a la defensiva viendo a la puerta.
Arlette aprovechó que ambos estaban viendo a la puerta, para acercarse al escolta y de una patada en la detrás de la rodilla hizo que quedara vulnerable, Arlette intentó quitarle el arma pero este ponía resistencia, Adrien intenta darle a la castaña con el arma, sin matarla pero le es imposible con tanto movimiento.
La castaña le rodea el cuello al hombre, este con tal de que ella se soltara la golpea contra la pared pero aún así Arlette no se suelta, da una patada en la muñeca haciendo que finalmente soltara el arma, el escolta como pudo hizo que lo soltara pero Arlette le dio un golpe en el estómago que lo hizo retroceder.
Arlette no logró acercarse a Adrien, cuando nuevamente el escolta se volvió a levantar aventándose a ella, la chica se quitó rápidamente haciendo que chocara en la pared. El mayor decidió escapar, para salvar su vida. Torricelli golpeó en el estómago con su rodilla pero el escolta como pudo la empujó haciéndola resbalar y caer de un golpe seco al suelo.
Arlette visualizó el arma en el piso que yacía a unos cuantos centímetros de ella y la tomó rápidamente, pero no sin antes recibir una patada en la cara con mucha fuerza del escolta que la hizo voltear a ver, pero su agarre en el arma no desfalleció para no perderla.
Su rostro palpitaba y la cabeza le daba vueltas, pero no la detuvo ya que se puso de pie y tambaleando, se giró lista para apuntar y de un solo movimiento jalo el gatillo dando un tiro perfecto entre ceja y ceja, dejándolo muerto.
Arlette se quitó la sangre que salía de su boca y salió de la habitación en busca de Adrien, sabía que no estaba muy lejos, ya que la casa no era demasiado grande y para salir Heiner tenía las llaves. Al entrar a una como bodega, Adrien estaba parado apuntando a la puerta justamente donde Arlette entraba sin temor.
-Eres un cobarde.- dice acercándose mientras bajaba el arma.
-Quieta, si es que valoras tu miserable vida...- la apunta con el arma- Actúa razonable.
-Que te quede claro, que incluso en esta situación, lo que va a pasar...- dice mirándolo con una sonrisa siniestra.- Seré nada más yo, portándome, razonable.- aprieta los dientes.
