Arlette Torricelli, una chica hermosa con una sonrisa angelical, con ese par de ojos peculiares grises y una carita inocente, ocultaria un secreto y un pasado que la atormenta desde que era una pequeña niña.
Frey Stein es un chico callado, reservad...
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-¿Crees que soy una mala persona?- cuestiona Frey.- ¿Un monstruo?
Arlette lo miro más confundida y extrañada, no sabia que responder no lo conocía mucho como para decirle si es o no una mala persona; y tampoco comprendía a que se estaba refiriendo con que él era un monstruo.
-No, no creo que seas una mala persona...- le responde sincera.- Aunque no niego que eres una persona misteriosa y todo de ti dice peligro, pero no lo creo.
-Te equivocas, soy un peligro.- dice Frey frío.- He hecho cosas malas, muy malas.
-Todos más de alguna vez lo hemos hecho Frey.- murmura y tomó su mentón suavemente haciendo que la mire a los ojos.- No se quien te dijo que eras mala persona o un monstruo, pero se equivocó Stein. Porque no me siento en peligro ni menos tengo miedo de tu presencia, es todo lo contrario.
Frey jamás había sido alguien de contacto físico, pero con Arlette todo era distinto, por lo que la castaña sintió dos brazos rodearla, dandose cuenta que Frey la estaba abrazando. Ella le correspondió, ya que de primera mano sabía que se siente necesitar un abrazo y no tener quien se lo de.
Al separse del abrazo ambos quedaron cerca, muy cerca del otro; la tensión se hizo presente en ambos jóvenes, sus respiraciones se mezclaban entre sí; la mirada de Frey bajo a los labios de Arlette, y ella hizo lo mismo pero notó que las pupilas del chico estaban dilatadas.
-Arly...- entran a la habitación sin tocar.- Dicen los chicos si quieres ir al bosque a...- Padme se calla al ver que no estaba sola.- A caminar un rato...- murmura.- No sabía que tenías visitas.
Arlette logró todavía separse lo necesario de Frey, evitando así que Padme viera lo que ambos jóvenes estaban a punto de hacer.
-Amm si...- carraspea la garganta.- Frey te presento a Padme, amiga y cuñada...- el mencionado sólo hace una seña con la cabeza sin mirarla.- Y Padme te presento a Frey, es el vecino de a lado.
-Mucho gusto.- dice Padme mirando sorprendida a Arlette.
-Podrías...- se queda callada.
-Si tranquila, no les diré nada.- asiente.- Les diré a los chicos que ya te vas a dormir. Así que los dejó solos, pero estaré al pendiente.
-Esta bien.- asiente levemente y Padme sale de la habitación cerrando la puerta.
Arlette entendió lo que quiso decir con estar al pendiente, ya que ella no había estado sola en una habitación con un hombre, pero para ser su primera vez, se sentía cómoda con la presencia de Frey.
-¿Tienes hambre?- cuestiona Arlette mirándolo y este niega.- ¿Quieres ver una película?- asiente.- Y volvimos aplicar la ley del hielo...- comenta tomando el control remoto.- Espero que te guste Harry Potter, si no tendremos serios problemas. Coloca la película, creo que tengo algunas sudaderas de los chicos en el armario, voy a buscar alguna para que estés cómodo.
