Arlette Torricelli, una chica hermosa con una sonrisa angelical, con ese par de ojos peculiares grises y una carita inocente, ocultaria un secreto y un pasado que la atormenta desde que era una pequeña niña.
Frey Stein es un chico callado, reservad...
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Maraton 4/5
Arlett se encontraba en la sala terminando detalles de su pintura mientras tarareaba una canción, Nicolás estaba recostado en el marco de la puerta viendo con una sonrisa a la azabache.
Estar enamorado era muy poco para él, porque todo lo que sentía por ella era algo que no podía describir. Estaba seguro que no se imaginaba una vida sin ella, sin la mujer que amaba, el amor de su vida.
Nicolás no le importaba cuáles fueran sus traumas ni su defecto, el conocía ambas versiones de Arlett, tenía el privilegio de conocer a la auténtica Arlett, aunque la amaba en todas sus facetas.
Se acerca a ella lentamente tomandola de la cintura, Arlett sonrió al sentir las manos de su hombre en ella.
-Arti...- le dice acariciando sus muslos.
-¿Si?
-¿Has pensado en formar una familia?- eso hizo que ella dejará de pintar para mirarlo.
-¿Familia?- cuestiona desconcertada y él asiente.
-Si, una familia.- repite.- Que tu y yo, tengamos hijos.
Arlett se separó de él mirando a otro lado mientras procesaba lo que Nicolás le estaba diciendo, una cosa era vivir juntos y otra era... tener hijos. Algo que ella no se sentía suficiente para tomar esa gran responsabilidad, menos cuando apenas podía cuidarse por mí misma.
-Nico...- murmura.
-No te digo que ahorita.- le dice para tranquilizarla.- Pero tal vez en unos años. Se que piensas que es una locura por nuestra condición, es especial por tus problemas, pero podemos afrontarlo juntos.
-No lo sé.- dice mirándolo directamente.- Nicolás no sólo son mis traumas, ¿Qué pasará cuando ellos me encuentren?
-No dejaré que te hagan daño, ni a nuestros hijos.- le asegura tomandola de la mano.- O podemos esperar hasta que se cansen de buscarte, acabar con ellos primero.
Arlett lo miro con añoranza y una sonrisa, acarició lentamente su mejilla apreciando el toque de su piel, Nicolás coloca su mano encima de la de ella y cerró los ojos.
-Todo a su tiempo.- responde finalmente Arlett.- Dejemos que el destino se encargue...- él asiente sastifecho a su respuesta y deja un beso en la mano.
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