Capítulo 29

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-Joder

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-Joder... Eso estuvo tan excitante ¿no lo crees?- cuestiona el rubio con diversión.

-Oh, por supuesto que sí.- responde la castaña de la misma manera.- Ya me hacía falta poder disfrutar de esto.

Tal y como había prometido la castaña a su mejor amigo, tanto ella como Poe se encontraban dentro del bosque cazando a animales que se encontraban por allí, por su mala o ya sea buena suerte, no habían encontrado alguna alma en pena, además que Arlette le había dicho que fueran un poco más retirado del pueblo.

-Aunque sigo en la espera de al menos ver un drogadicto o algo por el estilo.- se queja Verne limpiando su cuchillo con su camisa.

-Ten paciencia.- lo mira con burla.

-Paciencia es lo que no tengo.- dice hastiado.- Pero, ¿Se puede saber por qué estamos lejos de la civilización?- mira de reojo a la castaña pero esta ignora su mirada.- ¿Arly?

-Necesito ir a un lugar.- dice mientras caminaba por el bosque.

-¿A donde exactamente?- inquirió el rubio intrigado.

-No lo sé exactamente.- lo mira viendo que el rubio tenía una expresión incrédula.- Pero tengo más o menos la idea...- la seguía viendo del mismo modo.- ¿Me acompañarás o no?- Verne soltó una risa que causaba cierto escalofrío.

-Claro, si es de misterio, siempre me apuntó.

Arlette le sonrió con agradecimiento mientras seguían caminando por el bosque, mientras llegaban a su destino, Poe seguía "jugando" con los animales que se encontraba por allí. Hasta que finalmente salieron a una carretera y a unos metros había una cabaña, Arlette supuso que debía ser ese lugar.

La castaña caminó al lugar seguida Verne que no entendía la razón de la porque estaban allí, ambos como pudieron vieron a través de la ventana pero todo estaba oscuro por lo que no pudieron diferenciar mucho. Arlette sacó su cuchillo ensangrentado y tal como le había enseñado Nicolás, abrió la puerta.

-¿Me dirás que hacemos?- cuestiona Poe.- ¿Acaso te volverás ladrona?

La chica no contestó, simplemente se adentro al lugar y de inmediato un olor de putrefacción llegó a sus fosas nasales causándole náuseas. Con la mano se tapó la nariz y con la otra alumbró con la linterna, en el suelo notó pisadas de sangre que iban directo a la salida de la cabaña, miró a Poe y luego entró a donde provenía aquellos pasos.

-Joder...- murmuró el rubio con una sonrisa burlona.- ¿Quién se divirtió y no invitó? ¿Acaso fuiste...?

-Fue Frey.- lo interrumpe Arlette viendo el cuerpo del castaño.- Él hizo todo esto.

-¿Cómo por?- inquiere.

-Supongo que por celos, aunque dijo que este idiota quería hacerme daño.- comenta la castaña viendo a su alrededor.- La verdad no tengo idea, lo único que sé es que me quede sin presa. ¿Qué tan lejos está el pueblo?

-Conseguirás otra, a kilómetros de aquí.- se encoge de hombros.- ¿Qué harás Arly?

La chica ladeó la cabeza y miró a su alrededor, era obvio que sabía que hacía en dicho lugar y lo que estaba apunto de hacer. No iba a permitir, que se enteraran de lo sucedido en el pueblo o que un familiar llegará con la denuncia y empezaran a buscar culpables.

-Lo mismo que hicimos tiempo atrás, desaparecer pruebas.- le responde finalmente.- Debe de haber gasolina, incluso podemos usar el gas. No se lo que realmente paso aquí, aunque teniendo en cuenta que es un asesino debe saber que no puede tocar objetos a la ligera, pero al salir aquí estaba inestable, así que...- se encoge de hombros.- Prefiero quemar todo.

-Sabes que jamas te he cuestionado lo que haces y sin importar sus consecuencias te he seguido, pero, ¿Qué pretendes?- inquiere el rubio con tono serio.

-Pretendo salvarlo.- responde segura.

-No creo que puedas salvarlo, ¿Si leiste su expediente?

-Si, pero no voy a esperar a que alguien lo denuncie por desaparecido y busquen un culpable.- le explica la castaña.

-Te involucras en algo que no deberías.- Poe la mira con advertencia.- Esta bien, sabes lo que hacen y ellos saben lo que hacemos, aunque eso significa ir en contra de nuestras reglas.

-Si no aceptaba eso, iban a ver problemas.- suspira.- Escucha, sabes que quiero mucho a Damián pero si te pedí que vinieras, es porque se que tú jamás me delatarías, ni le dirías a mis hermanos lo que estaba pasando.- el rubio suspiro en busca de paciencia.

-Ahora prefiero decirles.- objeta y Arlette lo mira insistente.- Pero esta bien, te ayudaré con esto, pero será la última vez Arlette.

-Iré a buscar gasolina y encenderé las hornillas, busca su celular, debe estar por aquí.

Arlette sale de la sala en busca de lo que necesitaba, Poe rodo los ojos aburrido e hizo lo que le pidió la castaña; Verne estaba seguro que si no apreciara ni la quisiera a su manera, ya la hubiera matado por todo lo que lo apuesto hacer. Para su suerte, no tardó mucho en encontrar el teléfono, estaba a unos metros de donde yacía el cuerpo sin vida.

-Idiota...- murmuro al ver que no tenía contraseña, se puso a revisar las llamadas.

-Con esto servirá.- entra Arlette con dos galones de gasolina.- ¿Hay algo útil?

-No lo se, hay varias llamadas, chequea.- le da el celular y Arlette frunce el ceño al ver el registro de llamadas.- Ninguna están registradas, a excepción del tal Rhett.

-Y desconocido.- murmura la castaña.- Hay un número registrado como desconocido.- ambos se miran y luego a Simón.- Da igual, ya esta muerto después de todo.- tira el celular.

Ambos agarraron un galón cada uno y lo empezó a esparcir por todo el lugar, sin dejar un solo lugar. Arlette se acercó y echó el resto de su galón al cuerpo, no sentía remordimiento ni pena por lo que estaba haciendo, al final si lo que decía Frey era cierto, consideraba que se lo tenía más que merecido.

Al salir de la cabaña miró a Poe quien estaba fumando un poco más retirado del lugar, al ver que la castaña salía se acercó inhalando por última vez y le dio el cigarrillo a Arlette, quién imitó su acción, sin pensarlo tiró la colita al lugar y de inmediato este empezó a quemarse por completo.

Miraban como todo era consumido por las llamas sin ninguna expresión en sus rostros hasta que Arlette miró a Poe con una sonrisa siniestra y de complicidad, Poe le correspondió mirándola con diversión y la abrazo por los hombros, ambos dieron vuelta y regresaron a donde habían dejado el auto para poder regresar a casa, durante el camino lo único que se escuchaba era la música.

Arlette suspiro aliviada cuando entraron a la calle en donde vivía, se dio cuenta que tanto ella como Frey estaban dispuestos hacer lo que sea por el otro, algo que ella le llenaba de satisfacción pero al mismo tiempo, de intriga; consideraba que era una noche perfecta en muchos sentidos... Y estaba a punto de mejorar cuando notó una silueta cerca de los arbustos de la casa de los Stein.

Vaya noche de sorpresas.



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