Sábado en la mañana. Estoy cumpliendo al pie de la letra lo que le dije. Soy un orgulloso de mierda y eso es lo que me mantiene de pie muchas veces, demasiadas pienso. Me encuentro en la cocina comiendo las tortitas de fin de semana que prepara Rosalía.
—Ésto... está... —habla Uriah con la boca llena— delicioso.
—Me alegra que te guste. —sonríe Rosalía.
—¡Mira, mira! —grita Uriah.
—¿Qué pasa? —pregunto sobresaltado.
—Está maquinando algo. —ahora habla en susurros.
—¿Quién? —frunzo el ceño.
—La mosca, mira como se frota las patas. Eso es claramente que tiene un plan entre patas. —se ríe de su propia broma.
—Y soy yo quién necesita un psicólogo. —suspiro, restregando la mano por mi cara con desesperación.
Uriah bosteza y se rasca la tripa, me pilla mirando y arquea una ceja.
—¿Qué? Nadie que disfrute de la vida tiene un abdomen perfecto. —me saca la lengua y sigue comiendo tortitas.
Será que las personas más rechonchas disfrutan más la vida. La vida no lo sé, pero la comida sí, aunque yo también como bastante.
—¿Qué planes tenemos hoy? —le pregunto.
—¿Consola? —asiento y nos dirigimos a la sala de juegos.
Pasamos una hora jugando al vídeo juego de fútbol y de la W.W.E hasta que nos cansamos.
—¿Sabes ya por qué ella? La verdad no es que tenga el mejor cuerpo del instituto... —ríe Uriah, le lanzo un cojín y irremediablemente me acuerdo de ella.
—Tetas y culos tienes todas. Sueños y metas es lo que deberíamos de buscar...
Termino de hablar y Uriah me lanza el cojín de vuelta.
—Se sintió poeta el "salvaje".
—Habló quién se dice a sí mismo ser "míster adorable". —imito su tono de voz que es algo más agudo que el mío.
Ambos reímos y rio de verdad. Desde que estoy con ella he descubierto algunos sentimientos nuevos; un calor agradable con su tacto, un dolor espantoso con sus ofensas, el dolor de reír en las mejillas con sus caras, risas ridículas y esas palabrotas que no le van nada.
—Bro, ¿crees qué te vas a enamorar y escupir corazones? —me pregunta, empujándome, aunque sé que la pregunta es seria.
—No lo sé... Solo sé que si tiene que ser será, que cuando tenga que ser será, pero si es, va a ser para siempre.
—El primer amor nunca dura para siempre. —me mira compasivo.
—Porque nadie tuvo los huevos para hacer que dure o alguno la cago. —le explico.
—Supongo —ríe—. Bro, pase lo que pase tengo una palabra para ti —sonríe cómo si esa palabra fuese a arreglarme la vida, me quedo expectante, esperando que continúe—. Hakuna matata.
Vuelvo a reír, no puedo evitarlo y no quiero. Poca gente sabe que la famosa frase "Hakuna matata" viene del idioma Suajiri y se traduce como "No te angusties".
******
—No puedes darle otra vez! —me grita Uriah tras una verja.
La máquina lanza otra bola y la golpeo con el bate, un nuevo home run.
—Eres un tramposo. —dice, enfadado.
—No, pero paso aquí mucho tiempo. Además, ¿cómo cojones haces trampas en el béisbol?, ¡y con una máquina por lanzador!
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Ódiame hasta el final (ÓHEF#1)
Teen FictionSi no confías en nadie, nadie puede hacerte daño. El dolor no es algo que quiera en mi vida, y el final de la ecuación en el amor siempre es el dolor, así que lo mejor es evitarlo a toda costa. ¿Amigos? siempre te acaban traicionando, es mejor esta...