Epílogo

408 21 11
                                    

Este es el prólogo de "Odiar no es eterno", con una frase al más puro estilo Eric. Segunda parte de esta historia ya terminada y subida a mi perfil.  (¿Pensabais que dejaría este final? >_<) Aún quedan varias cosas que vivir con Eric y quizás de nuevo con Dulce...

Media hora de trayecto para llegar al aeropuerto de Valencia y después en un avión camino a Manhattan, donde estudiaré en la universidad de Columbia.

Ver pasar las calles donde he vivido estos cinco años se podría llamar nostálgico, sin en cambio no siento nostalgia del lugar sino de los pocos recuerdos buenos que me llevo. Pablas muy usadas como: "Lugar nuevo, nueva vida", son una gran falsedad, nunca nada es nuevo; es mierda presente acumulada en la mierda pasada para dar paso a lo que puede ser o un futuro de mierda o de un cuento de hadas con final de "Leal", (lo tuve que leer sin más remedio por el ahínco que vía en Dulce y el choque que tuvo con el final) nunca nada acaba bien, lo tengo demostrado. Cuando piensas que mejor te va es para darte más fuerte contra el suelo.

Cuidado lo alto que te hace volar una persona, al cortarte las alas, cuanta más ilusión y más emoción, mayor será el dolor de la caída.

Puñetera realidad.

Para una vez que me enamoro resultó ser un jodido engaño, pero ¿qué se esperaba de mí más que esto? Desde un principio supe que acabaría mal y aún así seguí hacía delante, es por eso que no puedo dejar de quererla, es por eso que escapo lejos de ella.

Me esperé más esos disparos en el libro, ese final que el final que ocurrió en mi vida. La estúpida Verónica iba matando gente a mansalva como una maníaca, era de esperarse ese fin, y, pensándolo así, con la vida que yo llevo también era de esperar éste fin. A mí son las mujeres las que me atormentan, el cambio es que ya no las odio, las pretendo imitar, esa manera de ser tan rastrera hasta el final sin ningún sentimiento de culpa.

Pienso en ella mirando la ventanilla del avión.

No puedo evitar verle al cerrar los ojos, grabada en el interior mis párpados, atormentándome con su presencia inexistente.

Quien te diga que después de un rechazo es mejor persona... Es un puto mentiroso, conmigo no ha sido así ni por asomo. Yo era, fui mejor persona cuando estaba con ella, ahora que me ha dejado de esta forma tan "particular" puedo jurar, y juro que no voy a ir a mejor.

No busco hacer pensar a la gente que el amor es una patraña (ya no), lo viví desde mi piel y es lo mejor que he sentido, aún siendo un dolor, una mentira... fue, es, será siempre el dolor más dulce, bonito que puedes sentir. Si me diesen a elegir entre pasar por todo o borrarlo como si se tratase de una partida del Final Fantasy decidiría sin ninguna duda el vivirlo. Jamás planee pasar por ninguna de éstas cosas y han sido... increíbles, indescifrables. Una palabra para describir todo: ¡Boom! Exactamente eso, porque fue como una explosión en mí, creando el Eric Isaac Bradley 2.0, que, desgraciadamente ha desaparecido para dar lugar a Eric Isaac Bradley 3.5. ¿Por qué me paso un 0.5? Porque sólo un nivel no es suficiente para expresar el odio que puedo llevar ahora en mi interior y misteriosamente no es hacia Dulce (no puedo odiarle por más que intente). Odio este sentimiento de querer perdonarle, esta vulnerabilidad inconmensurable, necesidad de caer preso en la misma mentira.

¿Una nueva oportunidad al amor? ¿Algún día confiare hasta ese extremo en una mujer?

Respuesta inmediata: no. Definitivamente, no.

No espero que nadie me entienda, no quiero que me comparezcan y mucho menos que intenten de reemplazarla. Quiero que me dejen libertad, volver a mi anterior yo con un pensamiento más macabro y desgraciado, esperando a que ella golpee de nuevo donde más duele.

Estúpido, imbécil, gilipollas se me quedan corto, porque aún espero que cuando regrese todo ocurra de nuevo. Dos años es tiempo para que ella me olvide, tiempo para ser yo quien aprenda a controlar esto y llegar a darle su escarmiento.

Los ojos se me van cerrando, venciéndome el sueño que no quiero que me atrape, sé que va a arrastrarme a mi subconsciente que es donde Dulce está más presente. Corretea por mis sueños y mis pensamientos, sin pensar en el daño que me hace verle cada noche, tocarle y hablarle, notarle tan cerca, engañándome cada noche de nuevo para despertar solo, empezar cada día como si fuese el primero en el que descubrí todo, no adelantar el proceso de curación de mí mismo.

La cuidad de Manhattan en New York es un grito contaste, con la multitud apretujada en las calles concurridas. Un mundo vivo, lleno de colores por el que mi oscura persona va a vagar como zombi a la intemperie.

Bajar del avión es sencillo, pasar el aeropuerto es sencillo, salir del aeropuerto es sencillo, caminar y subir hasta un taxi es sencillo, salir del taxi y entrar en casa de Uriah es sencillo, mirar por la ventana y ver Manhattan es una maravilla.

Cerrar los ojos y ver cómo pasan los recuerdos: es autodestructivo, respirar y que el aire queme por no sentir su aroma: es autodestructivo, buscar el sonido de su voz, respiración ¡algo que sea de ella!: es autodestructivo, saber que pasarán 780 días sin verle: es autodestructivo, intentar encontrar su rostro desde una ventana a cientos de kilómetros de donde ella está: es autodestructivo, necesitar el roce de su piel: es autodestructivo.

Vivir sin ella será mi destrucción. O... otra vez olvidé que ya estoy destruido.

Ódiame hasta el final (ÓHEF#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora