Este capítulo es uno adicional desde la piel de Dulce unos minutos antes y durante la fiesta, espero que después de esto no le odies.
Gracias a todos los que me dan un momento de su vida para leer mi historia, deseo que la disfrutes tanto como yo hacerla y aún más.
*****************
Solo quiero estar acurrucada en mi cama, apretando la almohada imaginando las estupideces más estúpidas que puede imaginar una chica sumamente estúpida.
Le echo de menos, todo se fue de las manos.
"Te necesito" me dijo mi hermana, nunca antes me había necesitado y me emocioné, quería beneficiarse de mi inocencia para engatusar a Eric y acabé siendo yo la enamorada.
"Está hecho a las putas, para enamorarse hace falta alguien dulce, ayúdame" por supuesto que en ella no se iba a fijar porque tiene una larga lista de amantes y yo soy la gemela fea que siempre estaba sola.
Creí que él era un arrogante, altanero, un chulo, petulante, creído, el típico que se cree más que nadie por tener dinero y una cara bonita. ¿¡Quién me iba a decir que encontraría a mi propio señor Darcy!? Prejuicios, fui cegada con prejuicios y he dañado a la mejor persona que he conocido y la mejor parte es que solo se digno a mostrar esa parte conmigo.
Una mentira por más que la digas mil veces no deja de ser mentira, esta mentira dejo de serlo a medio camino.
Me dolió que me apartase de esa forma tan brusca cuando hablé con él aquel día que le castigaron por defenderme y quizás lo mejor para los dos hubiera sido que mi orgullo fuese sido más fuerte que el ansia de complacer mi hermana.
Mierda, quería dejar de estar sola y gané un chico guapísimo en el camino.
¿Cuándo acabé tan metida en ésto? En el momento que me encerró en el aula de ciencias y me avisó de que iba a caer a sus pies aún seguía dedicada a Candy, en el instante que supe que peleó contra Daniel estaba por Candy y ahí acabo todo, llegó una mañana a mi casa, apareciendo en mis narices una mañana buscando de una manera loca que le perdonase y empezó a gustarme, sonreía como una posesa cada vez que le mandaba a salir de la habitación, deseando que saliese para poder suspirar, sonreír como una tonta y volver a verle fingiendo que no sentía nada por lo que hacía por mí hasta el momento oportuno.
¿Cuándo dejé de fingir? ¿cuándo bailo conmigo aquella pieza de vals porque no aguantaba a otra mujer? No, ahí se fue sin darme un por qué. ¿Cuándo aquella chica despampanante pidió su teléfono y me lo dió a mí? Me molestó verle con otra, me quemó algo dentro y después se apagó al recibir su sonrisa y su auténtico teléfono, pero aún allí seguía fiel a Candy.
El día que comenzaron las vacaciones de Navidad comencé a enamorarme de Eric, empezó con una simple frase sentida: "Confío en ti", así comienza todo; con fe, confianza y me falto el polvo de hadas.
Me asusté tanto con unas simples palabras, colgó dejándome sola con la imaginación de una adolescente con baja autoestima. Me era imposible no preocuparme por él, quería saber que estaba bien, quería cuidarle y fui su destrucción.
"Esta misma tarde, ya pasé demasiado tiempo sin molestarte" así de fácil quedemos, una oleada de culpa me golpeaba, que después logré olvidar al ver cómo ligaba con esas dos... que después regreso cuando me abrazó de esa manera, derritiéndome como un caramelo.
Me asombró cuando me redactó el poema de Pablo Neruda, nunca imaginé que pudiese ser tan tierno.
Realmente me pareció sexy cuando llegó al cumpleaños vestido con traje y zapatillas, desnudándose, tirándome a la piscina en más de un sentido, realmente me emocionó al regalarme el colgante que tengo puesto en este instante.
ESTÁS LEYENDO
Ódiame hasta el final (ÓHEF#1)
Teen FictionSi no confías en nadie, nadie puede hacerte daño. El dolor no es algo que quiera en mi vida, y el final de la ecuación en el amor siempre es el dolor, así que lo mejor es evitarlo a toda costa. ¿Amigos? siempre te acaban traicionando, es mejor esta...