Capítulo 13: Agonía.

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Marlon

«Regresa tú, porque yo nunca me fui»

Un mes.

Hoy cumplo un mes en el que volví a recaer en el vicio de las drogas.

Las consumo tres veces al día, en vez de comer, es lo único que digiero, además del alcohol.

Mi humor ha estado peor, Verena siempre sale llorando de mi oficina porque le digo insultos peores que los de antes.

Mi padre cada vez me estresa más, y yo para eliminar mi estrés, le digo a Verónica que me dé cocaína.

La mayoría de veces lo hacemos juntos y muchas veces ha intentado besarme, pero por más drogado o borracho que esté, jamás volvería a besar a nadie en mi vida que no sea Verena.

Al único que le tengo un poco de tolerancia es a Luca, el que justo ahora está entrando a mi habitación mientras estoy sentado.

—No sabes lo decepcionado que estoy de ti.

Me muestra las bolsas que tiré a la basura. Mierda, ya me descubrió.

—Mucho tardaste en darte cuenta.

—Y yo pensando que sólo tenías mal humor, pero no. ¡Volviste a caer en ese maldito vicio!

Doy un respingo cuando me eleva la voz, nunca lo ha hecho.

—Será temporal —cuando intento levantarme me sostengo fuertemente la cabeza y caigo de nuevo en la cama.

Noto de reojo que él niega, completamente decepcionado.

—Necesitas ayuda, ¿quieres qué te vuelva a dar una sobredosis para qué te des cuenta de qué puedes desgraciarte la vida?

—Eso no volverá a pasar —hago una mueca de dolor—. Tráeme una pastilla, me duele la cabeza.

—Una jodida pastilla no lo hará, Marlon. Es que dejes esa mierda.

No dice más y cierra de un portazo, dejándome con el dolor de cabeza que me está matando.

La ansiedad me llega al cuerpo y corro a mis cajones, la punzada de dolor me ataca, pero ya sé cómo calmarlo.

Abro mis cajones, pero no encuentro nada. Se me acabó la cocaína.

Tiemblo cuando agarro mi teléfono y le escribo un mensaje a Vero.

Marlon

Ven a mi casa, necesito un poco de... ya sabes qué.

Vero

Llego en quince minutos, guapo.

Me aruño todas las partes de mi cuerpo y halo mi cabello. Cuando me dan estos ataques de ansiedad no los puedo controlar.

Dan tres toques a la puerta y abro inmediatamente porque sé que es Vero. Cierra la puerta y le
arrebato la bolsita que me ofrece, no espero a que me dé algo para organizarlo, echo el contenido en la mesa y lo inhalo.

Una trampa Tentadora (MUESTRA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora