Capítulo 24: Efímero.

3.2K 291 103
                                    

Verena

«El dolor físico es molesto, pero el emocional es asfixiante»

Mis párpados pesan.

Al momento de abrir los ojos, una fuerte punzada de dolor me llegó a la parte derecha de la cabeza.

Esto me parece un cuarto de hospital, miro a varios lados sin mover la cabeza y para recuperar la vista completamente. Todo el cuerpo me duele, me pesa mover hasta mis brazos y noto que uno de ellos está enyesado.

Cuando escucho un carraspeo, me giro hasta donde provino. Aprieto mis labios cuando veo al desgraciado de mi padre, con una leve sonrisa.

—¿Te dolió?

Una lágrima cae por uno de mis ojos, no me di cuenta del momento en el que empecé a llorar. Siento una impotencia y angustia de no poder levantarme y matarlo.

Pero que ni crea, cuando él dio dos pasos, ya yo di tres.

—¿Dónde... está... Marlon? —se me cortan las palabras al volver a hablar, hasta eso me duele.

—¿De verdad tu novio es lo único qué te importa?

Asiento, haciendo un quejido. Quiero levantarme y correr hacia mi hombre, necesito saber cómo está.

—Él despertó, pero tuvieron que volver a dormirlo porque estaba loco por verte —suspira—. Lástima que su amor no durará mucho.

Hace el ademán de tocarme, pero yo muevo mi cabeza y hago un gruñido del dolor, ahora siento que tengo una venda envuelta. Debo suponer que me cosieron.

—Dime qué quieres y lárgate.

—En eso te pareces a mí, siempre quieres llegar al grano.

Le lanzo una mirada gélida, tengo ganas de torcerle el cuello. A él y a mi madre, que ni siquiera sé dónde está, ni tampoco me importa.

—¿De verdad crees qué sea buena idea qué te quedes aquí después de todo lo que ocasionaste? Tú eres la única culpable, hija.

—No, eso no es cierto.

—Sí lo es, ¿para qué te comprometes con él si sabías lo qué iba a pasar?

Hago una mueca de tristeza y mi pecho se encoge, como una pequeña bola de papel. Lloro con más fuerza, ya recuperé un poco la estabilidad.

—Y lloras porque sabes qué es cierto —chasquea su lengua—. Lárgate de aquí, muy lejos, y te prometo que no le haré nada a tu novio.

—N-no —suplico—... no le hagas nada...

—Pues vete, no sé a dónde. Pero no vuelvas, así no le pasará nada.

—¿Por qué me haces esto?

—Porque no quiero que te cases con él. Igualmente, Nolan ya está en la cárcel, lo someterán a un juicio por sus crímenes. Y mira que estamos a punto de recuperar nuestro dinero.

Lástima que no lo disfrutará tanto.

—Solo te importa tu asqueroso dinero...

Una trampa Tentadora (MUESTRA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora