Capítulo 27: Señales.

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Marlon

«Aprendí a ser fuerte cuando entendí que debía levantarme solo»

Ella abre la puerta y ruedo los ojos.

—Si vienes a pelear, lo haces luego. Estoy trabajando.

—¿O sea qué si me pasa algo harás como si nada?

—Sé que vienes a pelear porque te conozco
—sonríe por mi comentario—. Y ya te he dicho que me toques la puerta antes de que entres.

—No tengo el porqué de pedir permiso, Marlon
—se aproxima y se sienta frente a mí—. ¿Te olvidas de quién soy?

—Obvio —respondo, irónico—, eres una humana, ni que seas alien.

—No me refería a eso, ya sabes a qué.

—No, no sé.

—Pues te recuerdo que soy tu prometida y la futura señora Villarreal —me muestra el anillo de compromiso.

Suspiro, exasperado, ¿qué no me puede recordar esas cosas después?

—¿Me dirás qué quieres, Laila?

—Estoy enojada porque no has escogido absolutamente nada para la boda. ¡Te toca el salón de fiestas y ni eso has escogido!

—Es que estoy ocupado...

—Basta, deja de usar la misma excusa, Marlon. Necesito que busques el salón porque ya nos vamos a casar en un mes.

—Sí, créeme que ya lo sé. Me lo recuerdas todos los días.

Veo de reojo como hace una mueca de tristeza y solloza. Ay no, otra vez viene de dramática.

—¿Es qué acaso no me quieres?

Aprieto mis labios y no respondo, en estos dos años que llevamos juntos, solo se lo he dicho unas tres veces.

Ella me gusta, pero no estoy enamorado de ella.

—Al principio, no —me sincero—. Pero ya después, pues... creo que te quiero.

—Sé que no eres romántico y haces tu esfuerzo conmigo, pero a veces me duele que no demuestres que te importo.

Evito no lanzarle una palabrota, qué dramática que es esta mujer.

—Sí me importas.

—Pues no parece.

—Laila, no empieces...

—¿Ves cómo no te importo? —sigue lloriqueando— Ni siquiera me cuentas qué haces con tu vida, las cosas que te gustan... no me dices nada.

Me levanto y voy hacia ella, sostengo su mentón y le doy un beso en sus labios.

—Deja el drama, sí me importas, Laila. Créeme.

—Me pregunto si así eras con esa chica antes —mi semblante se endurece al saber de quién habla—. ¿Cuándo te ibas a casar con ella te comportaste así?

Una trampa Tentadora (MUESTRA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora