Capítulo 22: Anuncios inesperados.

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Verena

«No sé qué ves en mí, pero no dejes de verme»

«¡Esto no es un simulacro, la futura señora Villarreal en muy poco tiempo!»

«Verena Ellison, antigua enemiga de los Villarreal, se casará con el heredero de la familia»

«¿Es Verena Ellison una cazafortunas?»

Marlon me arrebata el periódico y lo estruja, tirándolo al basurero.

—Deja de ver esas noticias, de veras que te gusta lamentarte.

—Ajá, lo dices porque a ti no te nombran de caza fortunas —repliqué, con ironía—. Como si ya no estuviese ganando dinero siendo modelo y con la empresa.

—Por eso te digo que no te angusties, ya me encargué de desmentir esas estupideces.

Él nota que todavía no me siento tranquila, y no. No estoy para nada tranquila. Tengo tanto miedo.

No le he contado a Marlon lo de su padre, pero es que en estos tres días han pasado demasiadas cosas, y sólo me he concentrado en las noticias.

—¿Por qué no me dices qué ocultas?

Parpadeo, cuando sostiene mi mano.

—Nada, no tengo nada, te lo juro.

—Verena... —insiste.

—Bien, es que hace días quiero decirte algo muy importante, y no sé cómo te lo vayas a tomar...

—¡¿Cómo te atreves a comprometerte con ella?!

Ambos dimos un respingo cuando vemos a Nolan entrar a la oficina de Marlon.

—¿Hasta ahora te enteras? —Marlon me aparta y se acerca a él.

—De verdad no puedo creer los malditos errores que estás cometiendo, te vas a arrepentir de casarte con ella.

No respondo porque en parte tiene razón, soy una maldita mentirosa.

—Por esta misma razón no te consulté nada. No me importa si asistes a la boda o no, Luca estará ahí e interpretará el papel que tú nunca pudiste hacer.

—Estás equivocado —niega—, eres mi hijo, y me
importas.

—¿¡Qué te importo?! —voy y toco sus hombros, pero se aleja bruscamente de mí— ¡Eso no decías cuando tuve dos sobredosis por tu manipulación! ¡No vengas a decir qué te importo cuándo nunca lo demostraste!

—Marlon... —trato de hablar.

—Cállate, Verena. Esto no tiene nada que ver contigo, así que no te metas —me calla y siento una punzada de molestia, vuelve a dirigirse hacia su padre—. Lárgate, cuando recapacites y vea que realmente te importo, vuelves. Por ahora te jodes.

Nos ve a ambos y aprieta sus labios, pensaba que iba a decir más. Pero no, terminó largándose, cerrando fuertemente la puerta.

Marlon resopla y se centra en mí, pero cuando intenta tocarme, le doy un manotazo.

—A mí no me vuelvas a mandar a callar de esa manera, Marlon —advierto—. Entiendo que son problemas de ambos, pero podías decirme que no me entrometiera de otra forma.

Una trampa Tentadora (MUESTRA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora