Capítulo 26: Dépaysement.

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Verena

«Yo sola pude, puedo y podré»

Termino de peinarme y arreglarme el cabello. Saldré en dos minutos y yo sigo aquí, todavía arreglándome.

Vuelven a tocar la puerta por décima vez y me incorporo para arreglarme el vestido.

—¡Ya voy!

—¡Verena, apresúrate! —escucho la voz de mi mejor amiga contra la puerta— ¡Te llamarán en un minuto!

Escucho como se queja y sonrío, siempre me anda presionando. Abro la puerta, Alana corre conmigo para aproximarnos al backstage, que es por donde voy a salir.

—Bien, recuerda brindar tu mejor sonrisa, la mejor postura posible, presumir el vestido... ¡Oh! Y también sé carismática...

—Alana, ¿te crees que no sé perfectamente lo qué tengo qué hacer? —le reprendo y acaricio sus hombros— Ya llevo cuatro años modelando aquí, en Grecia. Y desde el primer día nunca te decepcioné.

—Ay por Dios —abre sus ojos como platos—... ¿ya llevamos cuatro años viviendo aquí? Es como si fuera ayer que nosotras...

—Sí —interrumpo— Quisiera quedarme hablando, pero ya tengo que salir.

—¡Ay sí! —doy un respingo por su grito— ¡Vete, suerte!

Le guiño un ojo y el telón se abre para recibirme. Estaba de espaldas, pero cuando comenzó la música, me giré a medias y todos comenzaron a aplaudir.

Echo mi melena rubia hacia atrás. Mi vestido rojo y ceñido muestran las curvas de mi cuerpo, comienzo a caminar y doy una vuelta completa para que admiren el vestido.

Los flashes se disparan y poso para todos, aunque no importa que salga desprevenida, siempre salgo perfecta en cada revista.

En estos últimos años, me han contratado únicamente a mí para que modele. Tengo cinco cambios de ropa por realizar; todos quieren trabajar conmigo, y me siento más orgullosa que nunca por lo que he conseguido.

Me ha tocado modelar una de las marcas más famosas en todo el mundo, hasta ropa exclusiva que sólo pueden tener los famosos y quién lo modela.

Les lanzo un beso a todos y entro a pasos rápidos a mi camerino, sólo tengo tres minutos para cambiarme el atuendo. Alana, por suerte, siempre está ahí para mí y me ayuda a buscar las prendas y a colocármelas.

Así han sido estos cuatro años: Modelar, cambiarme de atuendos e ir a mi psicóloga.

La ayuda me ha servido mucho, me diagnosticaron trastorno por estrés postraumático. Quiere decir que tengo traumas por todo lo que viví, he tenido varias pesadillas por lo sucedido con mis padres y el accidente que tuve con...

Bueno, no hace falta mencionarlo ¿verdad? Ya sabemos quién es.

Luego de una hora modelando prendas, llega la última, es un bikini rojo, mismo color que los otros.

Camino con una pelota de playa y la lanzo a cualquiera que esté ahí, siempre se pelean para ver quién agarra las cosas que tiro, ya sea hombre o mujer.

Una trampa Tentadora (MUESTRA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora