Capítulo 25: Abandono.

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Marlon

«La manera más cobarde de abandonar a alguien es dejar de hablar sin darle una explicación, irte sin avisar»

Se fue. Sin explicarme nada.

Algo que siempre he odiado de Verena ha sido su jodida cobardía, nunca es capaz de afrontar los malditos problemas y espera a que los demás se lo resuelvan.

Luca me entregó el anillo que le compré, ¿pero
para qué voy a conservar eso? Lo tiré a la basura.

Han pasado dos días en los que he estado contactándola para que al menos me termine cara a cara, pero no me contesta los mensajes ni las llamadas.

Quise ver si estaba con Alana, pero resulta que ella tampoco está aquí. No sé qué pasó, tampoco sé qué hice mal.

¿Por qué le dije que no quería casarme con ella? Fue por enojo, pero al parecer se lo tomó muy literal.

—Bien —salgo de mis pensamientos cuando escucho al tribunal—. Estamos aquí para decidir cuáles serán los castigos de estos individuos.

Alzo mi cabeza y los veo a los cuatro. Vincent y Verónica, los imbéciles que nos cortaron los frenos. Y los padres de Verena, que aunque ella no esté aquí, pagaré todos los millones posibles para que los pudran.

A mi padre ya lo sentenciaron a treinta dos años de cárcel, no me duele ni me hace indiferente. Él nunca estuvo para mí y sólo me utilizó para un jodido contrato, sabiendo que estaba por morir.

—Se les acusa a Verónica y Vincent Brewer por maltrato, intento de asesinato a terceros y consumos de drogas. Se les sentencia a veintiséis años de cárcel y serán trasladados a la prisión federal inmediatamente.

—¡Me las vas a pagar, desgraciado! —Vincent le da un manotazo a la reja, Verónica solo deja que se la lleven, cabizbaja— ¡Mataré a la perra de tu novia!

Escuchar la forma en la que habla de Verena, hace que vaya contra él, pero Luca me detiene.

—Solo lo está provocando.

Suspiro y me preparo para los padres de Verena. Su madre está que rompe en llanto, pero sé que es porque nunca pudo recuperar su dinero, y su padre tiene un deje de arrepentimiento en sus orbes; lástima que haya cometido tantos errores.

—Se les acusa a Robert y Rose Ellison de violencia intrafamiliar, intento de asesinato a terceros, lavado de dinero ilegal y acoso a su propia familiar. Por estas y más cosas que violan las leyes de los Estados Unidos, se les sentencia a setenta años de cárcel. Es decir, pena de muerte.

—¡NO! —Rose reacciona— ¡NO ME PUEDEN ENCERRAR AQUÍ!

—¡Ustedes se lo ganaron por malditos! —le reprendo, mientras se los llevan— ¡Ya quiero ver cómo salen de aquí!

Robert ríe como un jodido cínico.

—Al menos disfruté mucho ver sufrir a Verena, pobrecita. Se creyó mis mentiras y mira, ahora se fue lejos de ti, te dejó solo.

—¡Maldito! —quiero matarlo yo con mis propias manos— ¡Púdrete en la maldita prisión!

Ellos también serán trasladados a cumplir su condena desde hoy. ¿Y de qué sirve si no tengo a Verena aquí?

Una trampa Tentadora (MUESTRA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora