Verena
«Amo la violencia con la que tu sonrisa me destruye la rutina»
No encontré a Marlon cuando desperté, su lado de la cama estaba tendido. Luca, su chófer, me está llevando a casa; la felicidad dura muy poco.
—¿A dónde está? —pregunto, luego del largo silencio.
—No le puedo decir, señorita Ellison.
—¿Por qué no? ¿Está bien? ¿Le sucedió algo...?
—El señor Villarreal me dio órdenes de que no le diga nada y sólo cumpla con mi trabajo de llevarla a casa.
Gruño y me cruzo de brazos.
—¿Ni siquiera me puedes decir si está con vida? Esta agonía me va a matar.
—No puedo, y sí, está vivo —sonríe— ¿pero por qué no lo llama usted y le pregunta?
Ah, verdad. Se me olvidó que tengo un teléfono.
Sigo su consejo y marco el número de Marlon, suena el segundo pitido y suelto un suspiro de alivio cuando contesta.
—¿Qué quieres?
—¿Por qué no me dijiste qué te ibas a ir sin avisarme nada?
—¿Y quién eres tú cómo para avisarte lo qué tengo qué hacer o no?
Aprieto mis labios, muy poco le duró la generosidad.
—Tampoco me hables así, sólo estaba preocupada por ti.
—Pues no lo hagas tanto, porque créeme que la última persona que me ronda por la cabeza eres tú. Así que no me jodas más, no estoy para perder el
tiempo contigo.Y sin más, me colgó.
Me colgó el maldito hijo de su madre.
Mis ojos se humedecen, pero los aprieto con fuerza para que no salgan las lágrimas. Guardo el teléfono con molestia y me concentro en la vista de Nueva York.
—¿Qué le dijo? —pregunta Luca, con cautela.
—¿Tú qué crees? Tu jefe es un maldito maleducado, ¡me trató cómo una mierda!
—No se preocupe, se le va a pasar.
—No, no es asunto de que si se le pasa o no. Es que no tiene porque tratarme así, como una más de su lista.
—Créame, él puede ser así con todas, pero con usted es —él se calla de golpe y sacude su cabeza—... olvídelo.
—No, dime qué soy para él —insisto.
Se estaciona en la torre donde vivo. Se baja y me abre la puerta para que baje.
—¿Por qué no se hace la pregunta usted misma y se la responde? Creo que tendrá una respuesta más rápida que la mía.
Saca mis cosas del maletero y me las tiende, aún sigo pensativa con lo que me dijo.
—¿Quiere qué la acompañe arriba?
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Una trampa Tentadora (MUESTRA).
Roman d'amour«Las traiciones envenenan y provocan venganza. Y aquí no hay excepción.» Secretos, amores prohibidos, odio, amor.... Todo lo que necesitan Verena Ellison y Marlon Villarreal para complementarse. Lástima que no dura mucho el hechizo. ***** TODOS LOS...