Capítulo 15: Sueños.

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Marlon

«Me quedaría un ratito más, si me lo pides.
Me quedaría la vida entera, si así lo quieres»

Estoy bebiendo en una discoteca junto con mi novia, Verónica.

Nunca había sido tan feliz con alguien. Ella me sacaba de mi realidad, nos escapábamos todos los días y nos íbamos a la playa, a pintar paredes con graffiti, drogarnos hasta la médula...

No me gusta drogarme, pero lo hice por ella, porque si no lo hacía, me iba a dejar. No iba a estar conmigo. Y no podía perderla, mi madre se fue sin ninguna explicación y se olvidó de mí.

Me hice millones de tatuajes, que aunque los odiaba, me los hice por ella, especialmente el de la cobra que compartimos. Ya que ese es el significado de nuestro amor.

Ella baila conmigo y yo le sigo el ritmo. Me acabo de meter dos bolsas de cocaína y mi sistema está alterado, mucho más por la adrenalina de sentirme como si me estuviera comiendo el mundo.

Me abalanzo a besarla y ella cede, cuando bajo mis manos a su culo, ella me detiene.

—Aquí no —me guiña un ojo—. Iré al baño a retocarme el maquillaje y nos vamos a mi casa.

Asiento y se va, tomo mi vaso de alcohol y me lo bebo de un trago. Me sirvo tres vasos seguidos y sigo bebiendo más, ¿en qué momento caí en esto?

Yo era alguien de bien, pero mi padre me obligó a salir con Verónica para que él tuviera un contrato con su padre y hacer un restaurante.

Al principio no quería, pero con el tiempo me enamoré profundamente de ella, y nunca aparecerá otra chica que me haga cambiar de opinión.

Noto que ella dura mucho tiempo, camino en trompicones hasta el baño y abro la puerta. No hay nadie. Pero escucho varios gemidos en una de las cabinas.

No...

No puede ser ella.

La puerta está entreabierta, miro por el rabillo del ojo que es ella, montando a otro chico que no soy yo.

—¡Verónica! —se detiene y ambos me miran— ¿¡Cómo pudiste!?

—¡Marlon, guapo! —se levanta y se arregla su falda— ¡No es lo qué crees!

La aparto cuando intenta besarme y salgo del baño, no sé a dónde voy o qué haré, pero quiero salir de aquí.

¿Así es cómo me paga? ¿Acostándose con otro?

Saco la cocaína de mi bolsillo, pero antes de digerirla, mi corazón se detiene y me sostengo el pecho. No puedo respirar.

—¿Marlon? —escucho la voz de Vero a lo lejos— ¡Marlon!

Sigo sin poder respirar y caigo al suelo. Siento como la espuma sale de mi boca y convulsiono. Mi mente tiene miedo, pero no me puedo mover, no puedo reaccionar.

—¡Señor Marlon! —escucho la voz de Luca— ¡Tranquilo, estará bien!

Cierro mis ojos y no escucho más, sintiendo que moriré.

Una trampa Tentadora (MUESTRA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora